No hagan planes para el viernes por la noche. Si ya los tienen hechos, cámbienlos. Es mi consejo. No se arrepentirán. Ni cine ni teatro ni paseíto con la parienta/pariente. Espera una noche histórica en el Carpena. De ésas que no se olvidan. El Unicaja, a eso de las 22.30 horas del próximo viernes puede ser oficialmente uno de los dos finalistas de la Eurocup. Sí, esa competición que nadie quería hace unos meses ni ver, de la que muchos renegaban y que me da que pasado mañana nadie va a querer perderse.

¡Qué mal partido y qué gran victoria! del Unicaja ayer en la remota Krasnodar. Plaza y sus chicos se han pegado cinco meses amagando, jugando más mal que bien, desesperando a su afición y haciendo hablar y escribir barbaridades a los que estamos alrededor del equipo. Después del fiasco de la Copa del Rey en Vitoria parecía que esto ya no tenía remedio, pero cinco victorias seguidas, ¡¡¡cinco!!! ­-cuando nadie lo esperaba- han valido para «cargarse» a un buen Bayern en cuartos de final y para meterle ayer un tantarantán muy serio al Lokomotiv Kuban, dejando la finalísima continental a solo un triunfo más en este play off de «semis» al mejor de tres partidos.

Hay días que hay que ganar porque sí. Da lo mismo jugar bien o jugar mal. La cita de anoche en Krasnodar era de ésas. Nadie recordará dentro de una semana cómo fue el partido. Lo único trascendente era ayer, es hoy y será en el futuro el resultado final. El Unicaja lo entendió así, se presentó en la otra punta de Europa sabiendo que las 12 horas de viaje tenían que valer para algo y el 57-73 final es el premio al esfuerzo de un Unicaja serio, trabajador y enrachado en este momento tan importante de la temporada.

Nadie puede discutir hoy el triunfo cajista ni negarle al equipo el mérito de hacerlo en unas condiciones muy lastimosas. Carlos Suárez fue baja de última hora por una inoportuna gastroenteritis y Musli se quedó out a los cuatro minutos del tercer cuarto por una lesión en el tobillo. Sin dos de sus piezas más solventes bajo los aros y con Nedovic y Alberto Díaz poco afortunados, parecía imposible asaltar el Sports Hall de Krasnodar. Pero pasito a pasito, suave, suavecito, el equipo superó todas las adversidades para dar un golpe encima de la mesa y presentar su candidatura seria a la final y al mismísimo título a poco que Valencia Basket o Hapoel Jerusalén se descuiden en otro play off al mejor de tres partidos en el que los verdes -si llegan- tendrán otra vez el factor pista en contra. ¡Ay, ay ay!, cómo nos acordamos ahora de las derrotas contra el Zenit, el Bayern, el UCAM Murcia, el Cedevita, el propio Valencia... Si la final fuera con dos partidos en el Carpena ya les digo yo que habría campeón virtual: unos que van con una camiseta verde y morada y con un abanico blanco en la pechera.

No sé si fue por la trascendencia de lo que había en juego, pero el partido tuvo menos ritmo que el nuevo McLaren de Alonso. Ni Lokomotiv ni Unicaja fueron capaces de imponer su juego en un choque que tuvo tres cuartos parejos y en el que el Unicaja metió una marcha más en los 10 últimos minutos, sacando a la luz todas las carencias de un rival que no es ni la sombra del equipo que hace ahora poco más de 12 meses se coló en la Final Four de la Euroliga y al que daba gloria ver jugar con Delaney, Singleton, Claver, Randolph y compañía.

En un partido diésel, fueron Jeff Brooks y el esprint final de Kyle Fogg los que decantaron la balanza. El ala-pívot de pasaporte italiano estuvo imperial. Felicitaciones al que le echó el ojo y se lo trajo el verano pasado. En relación calidad/precio es de lo mejor que ha aterrizado en Málaga en los últimos años. El base-escolta americano aportó 7 puntos seguidos en el último cuarto que sirvieron para poner tierra de por medio y sumar con solvencia ese 1-0 con el que hoy regresa el equipo a casa.

Mención también para Joan Plaza y su pizarra. Ahogó a Rochestie sabedor de que es un jugador vital para ellos, y superó las piedras que le puso el partido por delante de forma brillante. Utilizó a Dani Díez de «4», a Brooks de «5», cambió defensas para despistar, apostó por los pequeños, vio que «Nedo» no estaba fino y no le tembló el pulso para sentarlo... Buena dirección ayer la del catalán.

La cuenta atrás está en marcha. El viernes, a las 20.45 horas, arrancará en el Carpena la segunda batalla de esta guerra. Una cita para la historia que puede llevar al Unicaja a la final de esta Eurocup 2016/2017. Tic tac tic tac...