El cambio en los despachos en el Unicaja ha llevado al club a cambiar también su filosofía. Hacía un lustro que el equipo malagueño no pagaba una cláusula de rescisión para fichar a un jugador con contrato en vigor en su equipo de origen. Un tiempo en el que el club ha seguido otra política, más restrictiva, fijándose prioritariamente en «agentes libre» o pidiendo a los representantes de esos jugadores pretendidos que salieran libres. Años después, la contratación de Jaime Fernández, que se hará oficial hoy muy probablemente, rompe esa dinámica. La segunda vez, de hecho, que se haga bajo el mandato en el club de Eduardo García.

Siendo escrupulosos, sí que el Unicaja ha llegado indemnizar a varios jugadores en estos años. Pero no para ficharlos, sino para despedirlos. Han sido los casos, por ejemplo, de Jamar Smith, al que el club pagó 25.000 dólares para romper el último año de su compromiso el pasado verano. O el caso de Fran Vázquez, al que se pagaron 100.000 euros, hace dos. Incluso a Augusto Lima se le abonó una buena parte de su contrato para que se marchara al UCAM Murcia, hace algunos años. Y mejor no recordar el «caso Printezis». Una pérdida millonaria. En el caso de fichajes, sí que se han tenido que liberar pequeñas cantidades en contrataciones de «temporeros» para liberarlos de la D-League, como sucedió con Livio Jean-Charles o Jack Cooley. Cifras, eso sí, muy poco significativas.

Pagar, lo que es pagar para romper un contrato de un jugador y traerlo a Málaga, como va a suceder con los 250.00o0 euros que va a costar Jaime Fernández, ocurrió la última vez en el verano de 2013. Un curso de grandes cambios, ya que llegó al club Joan Plaza. El Unicaja fichó a Mindaugas Kuzminskas pagando 200.000 euros al Zalgiris Kaunas y fichando al alero por tres temporadas. Una operación que es muy similar a la de Jaime.

Antes, en el verano de 2011, el Unicaja cerró un acuerdo durante la primavera con el KK Zagreb para tener una opción preferencial por Luka Zoric. Ese verano se pagó una cifra que rondó los 150.000 euros para fichar al pívot croata.

Hay que remontarse a 2009 para vivir varios y altos traspasos. Un verano de récord, además. En esos meses, el Unicaja rompió la baraja. El club rompió la hucha para pagar 500.000 euros para fichar al ala-pívot Guillem Rubio y sacarlo de Manresa. Fue un fichaje muy controvertido, porque el catalán tenía una cláusula de 300.000 que expiró a mediados de julio, y el club se interesó pasado ese tope, por lo que tuvo que abonar una cifra que rondó el medio millón.

En esas fechas, además, el Unicaja cometió un error de bulto. Había incluido en el derecho de tanteo a Germán Gabriel. Sin embargo, luego Aíto García Reneses decidió que no iba a contar con él. El exdirector general del club, Berdi Pérez, tuvo que negociar con él, ya que tenía contrato con el Unicaja. La «broma» le costó a la entidad unos 175.000 euros.

En ese mercado estival de fichajes de 2009, el Unicaja hizo también algo que había sido habitual hasta la fecha, pero que luego dejó de hacer: pagar compensaciones a los clubes para que no acudieran al tanteo. Es lo que hizo ese mismo verano por Joel Freeland con el Gran Canaria. El club llegó a un acuerdo con el pívot inglés, con un contrato de muchos años y mucho dinero. El Granca amenazó con incluirle en el tanteo, aunque no iba a poder pagar esas cifras. Pero lo hizo. Los dos clubes negociaron y el Unicaja le dio una indemnización a los grancanarios.

En el último lustro, la lista de jugadores fichados con tanteo de sus clubes ha sido importante: Jayson Granger, Earl Calloway, Txemin Urtasun, Sasu Salin, Giorgi Shermadini... Por ninguno de ellos se pagó un euro de compensación a sus clubes, algo que sí se había hecho antes por otros tantos, como por Iñaki de Miguel al Etosa Alicante en 2006. Sí que hubo «algo» con Vladimir Golubovic, que tras un fugaz paso por Zaragoza se guardó sus derechos. En ese caso, su agente, Misko Raznatovic, negoció directamente con el CAI.

El traspaso más alto jamás pagado por el Unicaja en su historia ascendió a un millón de euros, para liberar a Carlos Jiménez, actual director deportivo verde, del Estudiantes. Jiménez tuvo dos ofertas, de Real Madrid y Unicaja, y eligió la malagueña para no hacer daño a su afición y a su club, yéndose al eterno rival. Ocurrió en 2006/07, un año después de que Jorge Garbajosa se fuera a los Raptors de la NBA. Por su volumen, el segundo más costoso, y el más complicado, fue el de Saúl Blanco. El Unicaja abonó 750.000 euros al Fuenlabrada, con un lío previo con el Valencia por el tanteo, con tribunales de por medio ya que Saúl se acogió al Decreto 1006. El fichaje fue uno de los grandes fiascos de la historia de la ACB. En ese ránking, el tercero es el fichaje de Walter Herrmann. El club pagó, también al Fuenlabrada, 100 millones de las antiguas pesestas (600.000 euros) para hacerse con el argentino.

Casos contrarios el Unicaja ha vivido muchos, con traspasos millonarios en los que el club llenó sus arcas: Joel Freenlad, Zoran Dragic, Luka Zoric, Ognjen Kuzmic... Este mismo verano, el club recibió una indemnización del Baskonia por no ir al tanteo con Jayson Granger.