El anuncio de la contratación este verano del prestigioso entrenador Larry Brown, miembro del Salón de la Fama del Baloncesto en EEUU, acompañado por jugadores de gran nivel como el Victor Ruud o el anotador Tyshawn Taylor, hacía presagiar grandes noches de básket para la ciudad de Turín. Un equipo con siete jugadores americanos de los que varios brillan con luz propia.

El jugador más llamativo del Fial Torino es Carlos Delfino. El alero argentino es una verdadera estrella del baloncesto. Perteneciente a la hornada más brillante del básket albiceleste, verle junto a Pepe Sánchez, Manu Ginóbili, Luis Scola, Fabricio Oberto y compañía ha sido todo un lujo, coronados con el oro en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004.

Delfino no pudo decir que no cuando Larry Brown le llamó. Ambos habían compartido vestuario en los Pistons. Y el argentino decidió volver a la Lega italiana tras 15 temporadas, ya que jugó y triunfó en el Skipper de Bolonia en 2004. Tras exhibirse en Italia, el único argentino drafteado en primera ronda de draft firmó tres años con Detroit Pistons y luego jugó una temproada en Toronto antes de volver a Europa para firmar un elevadísimo contrato con el Khimki ruso (2008/09). Regresó a la NBA y se enroló tres temporadas con los Milwaukee Bucks hasta que tuvo que dejar de jugar con los Houston Rockets en 2013.

Un calvario de lesiones, con una operación en el pie de la que tardó años en recuperarse, le han martirizado. Ahora tiene 36 años y, tras un breve paso por el Baskonia, Delfino vuelve a jugar, aunque ya lejos de ese nivel superlativo y de ser ese jugador dominador, mezcla de talento y temperamento, y crucial en el tiro.

De un jugador que está en el ocaso de su carrera a otro que acaba de llegar a esto del baloncesto de elite, aunque con un apellido que, a buen seguro, le va a perseguir toda su vida. James McAdoo (25 años) es sobrino tercero del exNBA Bob McAdoo, miembro del Salón de la Fama (al igual que Larry Brown). Del gran Bob McAdoo ya está todo dicho: formado en la Universidad de Carolina del Norte, el pívot disputó casi 1.000 partidos en la NBA y disputó en cinco ocasiones el All Star. Nombrado uno de los 50 mejores jugadores de la historia de la NBA decidió acabar su carrera en Italia, llevando a Milán a las más altas cotas. Y ahora su sobrino lejano ha vuelto a la Lega a tratar de recuperar una parte de su legado.