­Llegó el parón de las «Ventanas FIBA» y con él, la hora de echar las primeras cuentas serias de la temporada. Después de diez jornadas de Liga, cada equipo ya sabe dónde está, qué quiere, hasta dónde puede llegar y qué objetivos se pone, al menos, a corto plazo.

En el Unicaja las cuentas son ilusionantes. Con 8 victorias tras 10 jornadas, la clasificación para la Copa del Rey de Madrid 2019 ya es virtual y el próximo reto que se le presenta al equipo es mantener su actual plaza en el Top 4 para llegar al sorteo de la cita copera en el bombo de los cabezas de serie, lo que evitaría un cruce en cuartos de final ante, previsiblemente, cualquiera de los tres «grandes» de la ACB: Real Madrid, Barcelona y Baskonia. De momento hay un margen de dos victorias sobre el quinto clasificado y eso es una muy buena noticia.

No es garantía de éxito quedar entre los cuatro primeros al final de la primera vuelta, pero sí que allana el camino considerablemente en busca de una plaza en las semifinales coperas. El caso de la pasada temporada, sin ir más lejos, que tocó el Real Madrid en cuartos de final, es un buen ejemplo. Buen partido, mucha lucha, gran trabajo de todo el equipo... pero eliminados.

Si nos atenemos a las diez últimas temporadas de la Liga Endesa, el número de victorias necesario para acabar la primera vuelta entre los cuatro primeros es 12. O sea, cuatro más de las que ya tiene el equipo, con todavía siete jornadas por delante hasta llegar a la jornada 17.

En esta última década, seis equipos necesitaron esos 12 triunfos para ser cuartos, tres se quedaron en sólo 11 victorias y uno de ellos tuvo que alcanzar las 13. Fue en el curso 2015/16, uno de los más «caros» para jugar la Copa. El Real Madrid, en esa ocasión, fue cuarto (13-4). Pero es una excepción que no tiene por qué repetirse en este curso 2018/2019. De esta última década, incluso un año sólo fueron necesarios 11 triunfos. Fue en 2010/11, cuando el Blancos Rueda Valladolid fue cuarto con un balance de 11-6. Pero ésta, también es otra excepción.

Cuatro victorias en siete jornadas. Es el próximo reto que se marca el equipo verde de cara a la vuelta a la competición, tras el parón por los compromisos internacionales de las selecciones nacionales. Las ocho actuales y esas cuatro más hipotéticas sumarían las ansiadas 12 victorias que parece que asegurarían la presencia del Unicaja en el bombo de los cabezas de serie en el sorteo copero.

El calendario no es fácil, pero el objetivo no parece imposible. De las siete jornadas que restan hasta llegar al ecuador de la Fase Regular liguera, cuatro de ellas son en casa. Es decir, que manteniendo el fortín del Martín Carpena, el objetivo estaría garantizado. El problema es que los visitantes del Palacio en este esprint final de la primera vuelta son muy complicados: FC Barcelona, Kirolbet Baskonia, Movistar Estudiantes (que se juega con el Fuenlabrada la plaza de equipo anfitrión de esta Copa) e Iberostar Tenerife, uno de los rivales directos que tienen los verdes para mantener su actual plaza en el Top 4. Cuatro equipos que obligarán a los chicos de Luis Casimiro a jugar muy bien si es que quieren seguir «vírgenes» en su guarida del Palacio.

Los tres partidos a domicilio son, a priori, bastante más asequibles. El regreso a la competición, tras este inoportuno parón, será en el Olímpico de Badalona, ante el Joventut. Después habrá que ir a la pista del Gipuzkoa Basket para cerrar la primera vuelta en Santiago, ante el Monbus Obradoiro, que este curso está lejos de las primeras plazas y lo normal es pensar que ese día no se esté jugando nada en busca de una plaza para la Copa.

Por ahora, desde luego las cuentas salen para afrontar el nuevo reto con garantías de éxito. Después de ganar 8 de las primeras 10 jornadas, firmar ahora poco más de un 50% de victorias en las siete jornadas que restan de la primera vuelta parece casi hasta sencillo, pero seguro que no lo será.

La última vez que el Unicaja fue cabeza de serie fue la campaña 2014/15, en la que el equipo de Joan Plaza terminó la primera vuelta con un balance de 14-3. Son ya cuatro temporadas desde que los cajistas no disfrutan de ese privilegio. ¿Será posible repetirlo en este curso 2018/2019?