Se lo pasaron pipa. Porque el Unicaja ganó, pero si hubiera perdido, el desenlace habría sido triste, pero los prolegómenos y el nudo hubieran sido igual de felices. La «marea verde» vivió ayer un día inolvidable. De esos que dentro de 20 ó 30 años seguirán en el imaginario de la memoria de cada uno de los que estuvieron allí. Como el día del triple de Ansley, del título de Vitoria, del triple de Pepe Sánchez previo a la Final Four de 2007, del «Fontetazo» en Valencia...

El Carpena vivió una fiesta en verde y morado como hace años que no se recuerda. Con el grueso de la afición en el «gallinero» más cercano al banquillo verde, pero con simpatizantes cajistas repartidos por las cuatro esquinas del Palacio, el pabellón fue un clamor antes, durante y después del partido que llevó a los de Casimiro a la finalísima copera.

La banda sonora oficial de la Copa se empeña en música moderna o ultramoderna muy lejos de la media de edad de los aficionados que pueblan las gradas. Pero para eso están Los Mihitas, que con su Paquito el Chocolatero, Bella Ciao o la Gran Noche del mítico Raphael hicieron las delicias de un Carpena abarrotado para ver el choque entre cajistas y andorranos.

El día fue largo. Desde las 13 horas, la charanga del Baskonia y Los Mihitas cajistas habían llenado de colorido las calles del Centro en un encuentro multitudinario de aficiones que se ha convertido en un clásico de la jornada del sábado de las últimas Copas. Liderado por los seguidores del cuadro vasco, un equipo que ni siquiera se ha clasificado por el torneo, pero que está muy presente en el ambiente, se celebró un paseo por las calles más céntricas de Málaga donde la música la pusieron la Fanfarre Biotzarrak de Vitoria y los citados Mihitas.

Seguidores de todos los equipos presentes en el torneo y otros que no se han clasificado, como Burgos, principal candidata para acoger la edición de 2021, Fuenlabrada, Estudiantes, Breogán, Murcia, Joventut, Manresa y Obradoiro, también participaron de un paseo que inundó de buen ambiente una Málaga volcada estos días con el baloncesto.

Durante el partido, la «marea verde» dio un ejemplo de cómo hay que animar al equipo propio y respetar al ajeno. El éxtasis final fue apoteósico, aunque seguro que hoy se supera el listón en la final. Tiempo al tiempo.