La solidaridad ha inundado las casas de los malagueños en esta lucha incesante por acabar con el coronavirus. Si algo bueno se puede rescatar de esta pandemia que azota al mundo entero es que ha sacado lo mejor que llevan dentro muchas personas para unirse contra el maldito COVID-19. Ese es el caso de la familia Campos Rodríguez, históricos abonados del Unicaja, que aprovechan estos días de confinamiento para colaborar con diferentes asociaciones haciendo mascarillas solidarias desde su casa de Fuente Olletas, gracias también a la ayuda de los vecinos del barrio y de Ciudad Jardín.

Desde hace días no paran de salir de esta casa mascarillas a diferentes comercios de la zona, que las han sido repartido entre sus clientes, y al Hospital Materno Infantil de Málaga. Juan Enrique -abonado desde hace más de 30 años al Unicaja-, Nuria y los cuatro de sus cinco hijos que están pasando el confinamiento en casa (Juan, Beatriz, Carlos y Javi) dedican buena parte de sus días a coser estas mascarillas gracias a las telas que le siguen llegando desde diferentes asociaciones (Grupo mascarillas Santa Teresa de la Parroquia El Salvador, Asociación Colina Toquero y la modista Lourdes Paz, de Moda Flamenca) y de muchos vecinos. Empezó como un hobby y ha acabado siendo una responsabilidad reconfortante para que muchas personas gocen de un producto difícil de encontrar ahora mismo en el mercado y cada día más necesario.

Aprovechando uno de esos aplausos en honor a los sanitarios, no dudaron en pedir telas micrófono en mano a los vecinos. Y el barrio respondió. Al momento ya tenían varios ofrecimientos de las urbanizaciones cercanas que querían hacer llegar sus telas. Ahora, tras haber entregado ya en algunas tiendas de la zona, aprovechando las salidas para comprar o ir a la farmacia, el nuevo reto en el que ya están manos a la obra es entregar 800 mascarillas para niños del Hospital Infantil Materno de la capital en los próximas días. En total, cuando acabe la cuarentena, habrán repartido más de 1.000 mascarillas de tela, recomendadas para uso no sanitario.

La madre (y desde hace poco abuela), Nuria, es la cabecilla de todas estas iniciativas y desde su cuenta particular de Instagram (@sumandoratitos) va contando día a día el avance y las nuevas entregas de mascarillas y batas médicas elaboradas con bolsas de basura. «Como familia numerosa, el hecho de ser tantos en casa supone una ventaja... aunque a veces saltan chispas. Nos mueve el espíritu solidario y también es una actividad que nos permite mantenernos ocupados, sobre todo a los «personajes» más inquietos de la casa», dice Nuria.

«Contactamos con comercios a través de las redes sociales y nos pusieron en contacto con muchas personas que nos han ofrecido telas para las mascarillas y formas de distribución», añade. Pero por encima de todo hay una razón añadida que tiene grabada a fuego: «Mi hija (Beatriz) acaba de ser mamá. Tenemos la motivación extra de dejar el barrio limpito en tiempo récord para poder enseñárselo a mi nieta Lucía», explica. La pequeña de solo un mes también está pasando la cuarentena con ellos y ayuda a hacer estos días de encerramiento más llevaderos, «salvo algunas noches», dice entre risas.

A falta de baloncesto, la familia dedica su tiempo libre a ayudar con la elaboración de estas mascarillas, con el deseo de estar de nuevo en las gradas del Carpena junto a su Unicaja. «Tenemos muchas ganas de que pase todo esto para volver al Martín Carpena. Estábamos muy ilusionados con ganar este año la Eurocup y jugar la Euroliga el año que viene. Mientras tanto, ayudamos en todo lo que se puede», dice Javi, el menor de los hijos y también abonado junto a su padre y sus hermanos Juan y Carlos.

Sin duda, una gran labor altruista la de esta familia que desea aportar su granito de arena en la batalla contra el coronavirus y que espera que la nueva integrante de la familia, Lucía, nacida el famoso 8M, pueda pisar la calle y conocer al resto de sus allegados cuanto antes.