Los últimos acontecimientos vividos en el mundo del baloncesto apuntan a que la próxima temporada de ACB será también «excepcional». Cuando la ACB y la Federación Española de Baloncesto, allá por el mes de mayo, decidieron que de cara al siguiente año no se producirían descensos (de ACB), pero sí ascensos (de LEB Oro), más de uno ya se imaginaba los problemas que acarrearían consigo estas decisiones.

El pasado jueves, la ACB realizó una Asamblea General donde se decidió que el Gipuzkoa Basket, único club con derecho a ascender (el Valladolid no presentó a tiempo la documentación), no participase en la competición la próxima temporada. El motivo de la negativa se basaba en «imposibilidad» de realizar una liga de 19 equipos, ya que esto apretaría aún más el calendario y provocaría que cada jornada un equipo descansase al no tener rival.

Pero lo cierto es que, a lo largo de la historia de la competición, el número de clubes participantes ha ido variando y ya ha habido ligas impares.

En la temporada 2016/2017, la ACB se encontró con un panorama similar al que se vive ahora y, precisamente, el conjunto vasco fue uno de los implicados en la trama. El Gipuzkoa tenía plaza en la Liga Endesa, pero los requisitos económicos exigidos por la organización eran demasiado elevados, por lo que tuvo que desprenderse de su puesto y jugar la siguiente campaña en LEB Oro. Además, ningún equipo de la segunda categoría del baloncesto nacional pudo ascender esa temporada debido a que sus economías no se lo permitían. La ACB trató de solucionar el desajuste ocasionado con la marcha de los vascos ofreciendo la plaza vacante a Palencia Basket y Melilla Baloncesto. Lo que nadie se esperaba es que ambos equipos declinarían la oferta.

A pesar de la rebaja y flexibilización en alguno de los requisitos económicos solicitados, ambos clubes se vieron incapaces de cumplirlos. Además, la ACB trató de arreglar el problema en un periodo de tiempo demasiado corto como para que los clubes pudiesen adaptarse y cumplir las condiciones. Por lo tanto, la temporada 16/17 acabó estando compuesta por 17 equipos. Ese año, la competición tuvo 34 jornadas y cada equipo disponía de dos jornadas de descanso al ser un torneo impar.

Lo mismo ocurrió unos años antes, en la temporada 2008/2009. En aquella ocasión, el Akasvayu Girona tuvo que abandonar la categoría en el mes de julio debido a problemas financieros. La ACB inscribió al Obradoiro CAB para completar la lista con los 18 equipos habituales, pero los gallegos tampoco pudieron presentar un plan de viabilidad ajustado al proyecto en la máxima categoría. De hecho, los gestores del club tuvieron que disolver la entidad y dedicarse exclusivamente al baloncesto base. Una vez más, la plaza vacante no pudo ser cubierta por ningún equipo, por lo que ese año fueron también 17 los equipos participantes.

A lo largo de la historia de la ACB el número de clubes ha ido variando, incluso se han llegado a disputar ligas con 20 equipos, como es el caso de la temporada 95/96. Es por este motivo por lo que no se entiende la insistencia de la organización en negar el ascenso al Gipuzkoa. No sería la primera vez que se vive una situación así. Es cierto que lo ideal, basándonos en el calendario de la próxima campaña, sería mantener la composición habitual con 18 equipos. Pero el conjunto vasco se ha ganado el derecho a estar en la elite del baloncesto nacional el próximo año.

Ahora solo queda esperar a la decisión del Consejo Superior de Deportes. El próximo martes, 28 de julio, el Gipuzkoa Basket, el CSD, la ACB y la Federación Española de Baloncesto tendrán una reunión y, según lo que pacten, conoceremos si el organismo gubernamental obliga a la organización a admitir al club donostiarra en la Liga Endesa. Todas las posibilidades están abiertas, la parte positiva para el GBC es que tiene como aval el convenio firmado entre la Asociación de Clubs y la FEB donde se garantiza el ascenso de dos equipos de la LEB Oro. Solo queda esperar para comprobar si esta liga seguirá siendo «excepcional» o no.