Si hay una realidad que ilusiona en el entorno de Los Guindos es el crecimiento de Francis Alonso, un jugador que durante el comienzo de la temporada se ha convertido en la sensación del equipo para desatascar partidos. El nivel del malagueño también se cuela en el debate deportivo. Su participación está resultando decisiva, sobre todo desde el perímetro. Las estadísticas muestran que hace tiempo que se despojó de un estereotipo que le quitaba validez: el de ser el jugador número 13 de la plantilla. A base de puntos, ahora Alonso no es uno más. Es un francotirador letal que marca la diferencia.

Tirar de tres es su especialidad: 2/4 en el debut en Badalona, 1/1 ante el Barça, 4/8 en su mejor partido en Andorra y un reciente 4 de 6 en el estreno en Eurocup contra el Metropolitans 92 francés. Promediando más de 20 minutos por partido y en la mayoría partiendo como escolta titular -solo ante el Barça salió desde el banquillo-, su fiabilidad desde el triple es un arma infalible en este comienzo liguero: uno de cada dos triples que lanza, lo convierte (53’8 % de acierto). En Andorra, además, con especial importancia para la remontada final, anotando un lejano triple con oposición en momento clutch, cuando quedaban menos de cuarenta segundos para finalizar el partido. En ese partido fue capaz de demostrar que su confianza se agranda en esas situaciones. No le tiembla el pulso al malagueño, después de haber pasado una racha complicada de lesiones, falta de continuidad en su experiencia en Fuenlabrada, su pequeño resurgimiento en LEB Oro con el Oviedo y el positivo por Covid-19 que lo dejó fuera de la burbuja de Valencia. Todos esos baches quedaron atrás y ahora, con su rango de tiro y la efectividad de sus intentos, ha convencido a Casimiro. Tras bote, en estático, recibiendo y lanzando... maneja muchas formas de encestar. En tiros de media distancia, un 43%. Desde la línea del tiro libre, 7/9. Eficacia más que notable.

Mañana llega al Carpena el BAXI Manresa, equipo en el que está Rafa Martínez. Precisamente el ex de Valencia Basket fue tanteado este verano para venir de temporero a tierras malagueñas, como refuerzo exterior. Era un jugador que, de haberse fichado, hubiera robado minutos de progresión a Francis . El escolta cajista está ante un escenario de reivindicación, para confirmar de alguna manera que no era en absoluto necesario un tirador veterano como Rafa Martínez en plantilla. La juventud también puede ser una garantía. Alonso, junto a Brizuela, son los cañoneros, a la espera del boom de Axel Bouteille. Armas de sobra.