Copa del Rey

Zaragoza 2005: La Copa perfecta que el Unicaja quiere repetir

La próxima semana se cumplirán 18 años del primer y único título copero logrado por el club de Los Guindos, en el Pabellón Príncipe Felipe de la capital maña en una jornada histórica para Málaga

Los jugadores del Unicaja celebran el título de la Copa del Rey de 2005 sobre el parqué del Palacio Príncipe Felipe de Zaragoza. | ACBPHOTO

Los jugadores del Unicaja celebran el título de la Copa del Rey de 2005 sobre el parqué del Palacio Príncipe Felipe de Zaragoza. | ACBPHOTO / Emilio Fernández. Málaga

Emilio Fernández

Emilio Fernández

La fecha del 20 de febrero de 2005 está grabada a fuego en la memoria de los aficionados del Unicaja. Era domingo. Sobre las 19.30 horas, once jugadores cajistas, con cuatro canteranos, un jugador franquicia irrepetible en la pista y un mago en los banquillos, hicieron historia para el club de Los Guindos y para la ciudad.

Carlos Cabezas, Berni Rodríguez, Chus Lázaro y Fran Vázquez, defendiendo el orgullo de la fábrica de talentos cajista; Jorge Garbajosa, la estrella que eligió Málaga para llevar al equipo verde y morado a la gloria más absoluta; y Sergio Scariolo, que firmó un lustro de esplendor en el banquillo, comandaron al equipo malagueño a la consecución de su primera Copa del Rey. Un sueño hecho realidad en el Príncipe Felipe y que todavía hoy es el único trofeo copero que luce en las vitrinas del hall de entrada al pabellón de Los Guindos.

En la capital aragonesa, aquel Unicaja, clasificado de rebote en la última jornada del final de la primera vuelta de la Fase Regular, llegaba a Zaragoza con pocos pronósticos favorables. Disputó ante el Etosa Alicante, cabeza de serie, el encuentro de cuartos de final. El equipo malagueño, de la mano de un gran Walter Herrmann, inició con éxito su periplo en la competición del k.o: 79-62.

Aquel partido abrió las puertas al equipo hacia las semifinales, donde le aguardaba un Pamesa Valencia con una plantilla espectacular: Montecchia, Rokocevic, Oberto, Tomasevic... Pero el Unicaja, también con una plantilla de campanillas, demostró a los incrédulos que no había viajado a Zaragoza de paseo. Un último cuarto de genio del equipo le abrió las puertas de la gran final, tras un triunfo memorable por 90-82 ante el cuadro taronja.

El más difícil todavía esperaba en la finalísima contra el Real Madrid de Bozidar Maljkovic, el entrenador con el que el Unicaja había comenzado su salto de calidad en 1999 y que esa temporada «mandaba» en el banquillo blanco, con otro «ex», Louis Bullock, como principal amenaza.

El Unicaja, después de 40 minutos de altísima tensión, derrotó al Real Madrid en un partido especial, pletórico, con casi mil malagueños en la grada (más del doble de los que habían viajado para ver en directo el partido de cuartos de final contra el Etosa). La ciudad se volcó con su equipo. Y el éxtasis se desbordó cuando sonó el bocinazo final y el Unicaja se proclamó campeón tras ganar a los blancos 80-76. No se puede negar que Zaragoza es desde hace ya 18 años una ciudad especial para el club verde y para su afición. Allí, tras cuatro días de vértigo, Berni Rodríguez, el eterno capitán, recogió el título junto al entonces presidente de la Caja, Braulio Medel, en una noche imborrable para todos los que estuvieron allí o lo vieron a través de televisión. Luego llegó una celebración desbocada y merecida. Primero en el vestuario del propio pabellón, después en la cena en el hotel. Fue, como se denominaba entonces, la «Fiesta de los campeones» en una noche muy larga en la capital aragonesa. Al día siguiente, viaje a Málaga para compartir el título con los malagueños, que tenían muchas ganas de festejar y descorchar su alegría por el centro de una ciudad rendida a su equipo.

La «marea verde» se merecía por fin un gran éxito. El equipo se paseó en autobús sin techo por la ciudad y rindió tributo en la sede de la entidad financiera en la plaza de La Marina y después desde el balcón del Ayuntamiento se brindó el título a toda la ciudad.

Tuvo que pasar algún tiempo para tener conciencia de lo hecho en Zaragoza, un título que sirvió como aperitivo, porque luego se ganó la Liga Endesa en 2006 y se disputó la Final Four de Atenas en 2007, con el tercer puesto como colofón.

Y es que aquel Unicaja, aquella Copa, supuso un antes y un después, fue la que abrió el camino hacia la excelencia, a la grandeza de la época más brillante en la trayectoria de la entidad cajista en toda su historia.

Aquella historia que se vivió hace 18 años tiene un segundo capítulo que está todavía por escribirse. ¿Badalona 2023? La verdad es que no tiene un cuadro de emparejamientos nada asequible el Unicaja, con Barça en cuartos y Real Madrid o Valencia en «semis», pero es cierto que nadie daba un euro tampoco por el Unicaja en aquella cita de Zaragoza 2005 y...

El Unicaja ha sido en los últimos 25 años un elemento decisivo para situar a Málaga en el mapa del deporte nacional y continental, dándole visibilidad a capital y provincia en todo el país y más allá de Los Pirineos. Por eso la afición sufre tanto cuando las cosas no van bien y disfruta con los suyos cuando puede saborear el más mínimo éxito. Ojalá llegue pronto el próximo.

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