Los expertos piden extremar las precauciones: si ves esto en un huevo, tíralo inmediatamente
El huevo es uno de los alimentos más consumidos en España, por eso debemos extremar las precauciones
Si hay un ingrediente básico en la dieta Mediterránea, ese es el huevo: este alimento, considerado de alto valor nutricional por su importante aporte de proteínas de gran calidad, es un imprescindible en distintos modelos de dieta ya que es muy accesible económicamente, sencillo de preparar y beneficioso para la salud.
Precisamente por esto, las autoridades llaman a extremar la precaución a la hora de consumirlos: los huevos son uno de los alimentos más habituales de la dieta, pero también son bastante delicados. Para saber si un huevo se encuentra en buen estado antes de comerlo podemos poner en práctica algunos de los trucos más habituales, como sumergirlo en un vaso de agua para observar si flota o se queda en el fondo.
El truco del vaso de agua para saber si el huevo está en buen o mal estado es una opción ideal en caso de duda: tan solo tenemos que considerar que si el huevo se hunde, es que se encuentra en un estado ideal para su consumo; mientras que si flota debemos desecharlo inmediatamente ya que puede provocarnos alguna intoxicación alimentaria.
En la mayoría de los casos, no hace falta llegar a tanto y tan solo tenemos que fijarnos en un pequeño detalle que ya incorporan la mayoría de distribuidoras: se trata de la fecha de caducidad, que en muchas ocasiones viene impresa en la propia cáscara del huevo y que nos indica hasta qué día concreto es seguro consumir el producto.
Otra técnica que podemos utilizar para saber si el huevo está en mal estado es agitarlo: si percibimos como la yema impacta contra la cáscara, también tenemos que tirarlo. Por último, si al abrirlo vemos que la yema está descentrada y que hay aire también podemos concluir que está podrido y por tanto no lo podemos consumir.
Comer un huevo en mal estado no es ninguna tontería: al contrario, si consumimos uno que está pasado podemos sufrir una grave intoxicación alimentaria que, además de malestar, puede provocarnos fiebre, vómitos, diarrea y otros efectos más graves.
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