Un nuevo golpe contra el blanqueo de capitales salpica a la Costa del Sol. Una operación de la Guardia Civil desarrollada en varias provincias españolas ha supuesto la detención de una veintena de personas acusadas de pertenecer a una organización dedicada al blanqueo de capitales. La investigación, que ha alcanzado a varios municipios malagueños como Málaga y Torremolinos, ha revelado que los implicados utilizaban la «hawala», un sistema ancestral de banca paralela basado en las relaciones de confianza de muy difícil rastreo policial. De hecho, la popularidad de este método se acrecentó al ser utilizado por organizaciones como Al Qaeda para mover millones de dólares.

Según fuentes cercanas al caso, los detenidos en esta operación se dedicaría a blanquear cantidades procedentes del narcotráfico, así como dinero de entornos empresariales y cuyo origen también es ilícito. Igualmente, las fuentes explican que los primeros hilos de esta investigación podrían haber aflorado en otra similar llevada a cabo el verano pasado en Torremolinos. Fue la operación Túnido, con la que la Guardia Civil desarticuló en España y Bélgica una de las más importantes redes de narcotráfico y blanqueo de dinero. Entonces se detuvieron a 46 personas y fueron intervenidos 5.000 kilos de hachís, además de embarcaciones de pesca, 77 vehículos, 20 inmuebles, 5 sociedades y 225.230 euros en efectivo.

El propietario de un negocio de venta al por menor de marroquinería de Torremolinos y su lugarteniente fueron acusados de blanquear más de 13 millones de euros a través de empresas interpuestas y movimientos de dinero a terceros países. Para el desarrollo de aquella operación fue fundamental el marco legal que recoge el Equipo Conjunto de Investigación (ECI) a través de Eurojust, lo que permitió un rápido intercambio de información entre la Guardia Civil, la Policía belga y Europol.

En esta ocasión, los investigadores de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil se han enfrentado al «hawala», un sistema ancestral originario del Sudeste Asiático muy utilizado por los musulmanes para realizar transferencias informales de dinero a larga distancia. Su funcionamiento es similar a los giros postales, pero sin ningún tipo de control fiscal. Más que el dinero, lo importante es la palabra y apenas deja rastro por no utilizar anotaciones ni papeles, una de sus grandes premisas. A mayores cantidades a transferir, más colaboradores participan. Entre sus principales atractivos, destacan su rapidez, los menores costes de operación, su poca documentación y por tanto más seguridad, además de la poca o nula burocracia que requiere frente al sistema financiero formal. Por otra parte, las comisiones cobradas por los avalistas son inferiores a las del mercado occidental.