­Los trabajadores y alumnos de La Fonda están en pie de guerra. Ya no van a esperar más tiempo unas palabras de la Junta que, en realidad, nunca llegan. La Consejería de Educación debe a los doce docentes de la escuela de hostelería de Benalmádena las ocho últimas nóminas (dos extra). Y nadie sabe tampoco cuándo va a comenzar el curso, que tenía que haberlo hecho en septiembre. La situación, según dicen, es «insostenible». Y por este motivo han movido ficha y ayer anunciaron un encierro en las instalaciones de este centro, como medida de presión.

Estas protestas tendrán lugar el próximo 2 de febrero, si la Junta entonces aún no ha abonado a los trabajadores alguno de estos sueldos que siguen pendientes.

El problema de La Fonda es doble. Por un lado está esta deuda al profesorado, que se acumula desde el mes de julio. Por el otro, que el centro, a pesar de lo anunciado, no inició las clases el pasado 7 de enero, al igual que ocurrió en el caso de La Cónsula. Y según Carmen Sánchez, representante de los empleados, no tiene visos de que vayan a comenzar este mes. O, al menos, nadie les ha comunicado que en breve podrían hacerlo. Y todo a pesar de que es la intención que la Delegación Territorial de Educación, al menos, ha venido trasladando a los medios de comunicación.

Sánchez indicó ayer que lo único que les ha trasladado la Delegación es que se están justificando las facturas de años anteriores «y que están trabajando en ello de forma intensa», para pagar los salarios. Pero, también recordó que estas declaraciones «se han repetido sucesivamente durante el pasado año».

Como ya ha informado La Opinión de Málaga, esta demora en el inicio del curso ha provocado que muchos alumnos, con su matrícula pagada y la esperanza de empezar unas clases que le pueden abrir oportunidades laborales, han renunciado a empleos, «teniendo en cuenta la promesa que se les hizo». Otros ya han renunciado «porque no pueden seguir pagando el alquiler de una vivienda si no están haciendo nada».

Según Sánchez, hay jóvenes procedentes de Sevilla, de Cádiz o de otros puntos del territorio «a los que se les prometió que en enero se iniciarían las clases y ahora siguen sin saber cuándo las van a empezar». «No es normal», se lamentó.

Uno de los motivos del retraso que se adujo fue la demora por parte del pleno del Ayuntamiento de Benalmádena de aprobar la disolución del consorcio de la escuela, un requisito previo para poder incorporarse a la recién creada Agencia Pública Andaluza de Educación y Formación. Sin embargo, esto se produjo el 2 de enero por lo que «eso ya no es excusa», concluyó.