¿Es más fácil un maquillaje destinado a transformar un rostro o aquel de debe ser invisible?

Los dos complicados. El maquillaje actual, el que no se tiene que ver, es muy complejo porque debe estar bien colocado y realzar todos los detalles de un rostro. Las caracterizaciones son también muy complicadas y hay que ensayarlas muy bien antes de usarlas, porque después la pantalla lo muestra todo. Hasta el último poro de la piel de un actor. Ahora, sobre todo con la era digital, el maquillaje es más complicado que antes.

¿No le gusta el digital?

Antes, con las películas de 35 milímetros había otro tipo de nitidez. Una magia en la imagen que se ha perdido con el digital. Antes sí que salía alguien mucho más guapo. Ahora, con el digital, no ocurre eso por mucho que pongas a la gente guapa. Le tengo mucho respeto al digital porque se ve todo y no puedes tener ni un milímetro de margen de error con el maquillaje.

Su profesión requiere del contacto con los actores. ¿Alguna vez alguien se ha negado a que usted le maquille?

Normalmente no. No es algo que suela pasar. Además, los actores que quieren que les maquillen alguien en concreto, normalmente lo piden. No es que no quieran que lo maquilles tú sino que lo que quieren es que se lo haga la gente de su confianza.

Seguro que su magia le habrá salvado la vida a más de un actor y una actriz en los rodajes o en las galas.

Bueno, salvar la vida es algo muy fuerte. Ayudar a disimular que alguien está cansado o que no ha dormido, sí que lo he ayudado. Por supuesto. Para eso estamos.

¿Su arte es ocultar imperfecciones y resaltar perfecciones?

Y resaltar imperfecciones que no hay, también. El maquillaje es el traje del rostro, tanto si es natural como si es una caracterización. Y a veces es muy difícil para los actores verse de una manera de la que no están acostumbrados. Si ellos no llevan ese traje bien y no lo asumen como suya, mi trabajo no sirve para nada. Por eso los actores, a los que tengo pasión y respeto, son muy importantes.

¿Cómo considera el maquillaje en España en general?

En España hay unos muy buenos técnicos. Por eso han venido muchos los americanos a rodar aquí, no solo porque les sale más barato sino porque tenemos muy buenos técnicos.

Es con Blancanieves cuando asegura que comenzó a percatarse del valor de su profesión, que había empezado muchos años atrás. ¿Por qué?

Sí. Pero no fue cuando me di cuenta de que mi profesión tiene un valor, fue cuando los demás se dieron cuenta de que el maquillaje tiene un valor. Porque cuando se ve una película en color, no se valora tanto el maquillaje. Nunca se le da el Goya a un maquillaje actual, siempre se lo lleva las películas de época o, como en el caso de Blancanieves, en blanco y negro. Y eso es un grandísimo error porque la mayoría de las películas son actuales y hay maquillajes actuales muy bien hechos. Y es mucho más difícil hacer un maquillaje natural que uno de época o en blanco y negro.

Le dieron el Goya con Blancanieves y la mandaron a casa...

Sí. Eso me pasó. Me dieron el Goya y dejaron de llamarme. Me sentí muy mal. No sabía por qué me hacían eso. También es cierto que coincidió con los años de crisis, pero yo estaba asustada. Y cuando me dieron el segundo por Nadie quiere la noche, de Isabel Coixet, me quedé petrificada. Pensé que ni iba a volver a trabajar más. Estaba asustadísima, aunque gracias a dios no ha sido así. Nuestra profesión es el reino de la incertidumbre y la inestabilidad económica. No sé cómo lo hacen los compañeros que tienen familia e hijos.

En España miramos el cine francés con muy buenos ojos pero allí no dan galardones a los maquilladores.

En Francia no existe el César al maquillaje. Cuando me dieron el Goya, mis colegas de mi país me pidieron que escribiese a la academia francesa para les explicara la importancia del maquillaje dentro de una película. Por eso siempre digo, de manera sarcástica, que en Francia se hacen películas sin rostros. Porque no se reconoce nuestra labor en el cine francés.

¿Cómo está siendo trabajar con Terry Gilliam?

Es un placer y un honor que me haya escogido. Es un hombre muy cercano y creativo. Trabajar con él es estar en vilo todo el día. Siempre propone un nuevo reto a superar.