Menos de 48 horas antes de acabar el año 2010, el Ayuntamiento de Málaga aprobó en pleno el presupuesto que regirá su actividad durante el año 2011. De esta forma se volvió a cumplir con esa ley no escrita que marca que hay que aprobar las cuentas del año próximo antes de que acabe el ejercicio en curso. Una norma que se ha venido aplicando en los últimos años en el Ayuntamiento, menos en 2009 en el inicio de la crisis, cuando entró en vigor en abril.

El pleno municipal cumplió con el trámite de su aprobación. Porque no deja de ser un trámite. La mayoría absoluta del PP aseguraba el visto bueno a estas cuentas, que prometen unas inversiones de 238 millones de euros a lo largo de 2011, aunque casi la mitad están vinculadas al cobro de convenios urbanísticos que están pendientes de cerrar.

Sin embargo, la previsibilidad de la votación no restó críticas en el debate, que contó con la oposición clara de IU, que votó en contra, y con los argumentos críticos del PSOE y su abstención en el voto «por responsabilidad, porque hay sueldos que pagar y servicios que mantener», como aseguró la portavoz socialista municipal, Begoña Medina, que se estrenó en un debate de empaque.

Carolina España defendió a capa y espada estas cuentas, que ascienden a 874,8 millones de euros y suponen un logro en tanto que incrementan el montante que mueve el Ayuntamiento en un 10% respecto a 2010 y en plena crisis. Esto le valió críticas del PSOE y de IU, que argumentaron la bajada generalizada de los presupuestos de otros grandes ayuntamientos de España como un indicio de austeridad y calificaron las cuentas del Ayuntamiento de Málaga como «irreales».

El endeudamiento, la falta de inversión en los barrios y la dependencia de los ingresos por convenios urbanísticos pese a la caída de la construcción formaron el eje de las críticas recibidas por el equipo de gobierno del PP.

Estos, por su lado, argumentaron un incremento de las inversiones para 2011 que aseguran los grandes proyectos de la ciudad y las obras en los distritos. Además, insistieron en que estas cuentas aseguran el gasto social, la congelación de los impuestos por segundo año consecutivo y el apoyo a la creación de empleo.