María Victoria Mesa es el último rostro que le ha puesto nombre a la tragedia de los desahucios. Ha habido otros muchos, pero éste ha golpeado con intensidad en Málaga, porque esta vecina de la barriada de Los Corazones, que llevaba tres años en paro y cuidaba de su madre enferma, de 96, decidió arrojarse al vacío para poner fin, el pasado viernes, a una existencia asaeteada por la desesperación y la carestía económica. Su banco, una vez más un banco, decidió embargarla y ella huyó. Ayer, los vecinos de barriada, convocados por los colectivos que luchan para acabar con este «genocidio silencioso», organizaron una marcha que partió desde el lugar del deceso y acabó en la Plaza de la Constitución: la idea era recordarla y recordarle a los que miraban que hay gente muriendo por la crisis.

En concreto, la manifestación se convocó por la Plataforma de Afectados por la Hipoteca y Stop Desahucios. La hora de partida se fijó a las seis de la tarde, y durante media hora se hizo un llamamiento a los vecinos del barrio para que se sumaran a la caravana de dignidad que debía alcanzar, un rato después, las calles del Centro. En concreto, al inicio, se sumaron doscientos, y luego, a medida que la comitiva avanzaba hacia el corazón de la capital, se fueron sumando personas indignadas que mostraron su respeto por María Victoria, de 52 años, y pusieron, una vez más, de manifiesto que la ciudadanía exige, de momento, un cambio en la Ley Hipotecaria.

Los miembros de la marcha de protesta llevaban velas blancas y el lema de la manifestación era: «Contra el genocidio bancario». Los afectados no quieren que se hable de suicidios aislados, sino de un auténtico «genocidio». «Hay muchos casos, la semana pasada sin ir más lejos se produjo uno en Arroyo de la Miel. El capitalismo está castigando a quienes menos tienen con toda dureza», dijo Fali Doblas, uno de los numerosos organizadores, entre los que también había colectivos insertos en la corriente indignada.

«Hay salida. Nosotros estamos parando desahucios, hemos creado el banco bueno y asesoramos a la gente por medio de nuestra obra social, ocupando locales y casas en las que se produjo un desahucio», precisó.

La idea es que quien esté al borde de una ejecución hipotecaria o desahucio se sume a estas plataformas, pues sus asesores legales logran en muchos casos mostrar al afectado un camino que tal vez a él no se le había ocurrido.

María Victoria estaba desempleada desde hacía tres años, cuidaba de su madre enferma, de 96, y hace tres que había perdido su estanco en un polígono. La marcha trató de reivindicarla como un símbolo en la lucha contra los desahucios.