Opinión | Viento fresco

La Reina y su dedo roto

Como el periodismo está en crisis se nos hurtan detalles del acontecimiento

La Reina Letizia se ha fracturado un dedo del pie.

La Reina Letizia se ha fracturado un dedo del pie. / L. O.

La reina Letizia acudió ayer a un acto con un dedo del pie roto. Mal ejemplo, alteza. Hay que cogerse una baja. A ver si va a cundir el ejemplo y vamos a tener que ir a currar incluso cuando nos rompamos el corazón. Que también es un dedo, por cierto. Como el periodismo está en crisis, se nos hurtó si era el gordo o el meñique u otro. Grave caso de desinformación. Bueno, no. Sí se sabe cuál es pero quería lanzar un bulo. Un bulín. Un bulo de a pie. El bulo es la enfermedad del periodismo y todo periodista ha pasado algún resfriado. Vamos, digo yo.

El pie afectado sí pudimos deducirlo, dado que lo llevaba un poco torcido y renqueante ante la mirada compasiva o curiosona de los que la acompañaban. Lo bueno de que una reina se rompa un dedo del pie es que ya no tienes que comerte los sesos pensando de qué vas a hablar con ella. Esto vale también para una compañera de Facultad o la monitora de yoga o la jefa de estudios. Es decir, la ves y le dices con naturalidad, qué alteza, cómo lo lleva, cómo se lo hizo, ¿le duele mucho? Yo es que cada vez que veo a una reina como no se haya roto un dedo no sé de qué hablar con ella. Pero claro, a la tercera pregunta conviene parar, no vaya a tomarlo doña Letizia a uno por un cotilla o lo que es peor, con tanto preguntar, por un reportero. Se le empieza preguntando con desparpajo a una reina y se acaba no dando los buenos días. Deseamos una pronta recuperación al dedo de doña Letizia, cuyas evoluciones seguiremos con interés y si no tenemos interés ya nos lo provocarán esas chispeantes publicaciones que nos hablan de las vidas y haciendas de los famosos o los royals. Y de los pies.

Esas publicaciones que doña Letizia, como tantos, no se creerá a pies juntillas. Ahora menos, claro, que tiene un pie regular. Tal vez alguien decida entrevistar a su podólogo, que no sabemos si tendrá cláusula de confidencialidad, será especialista en juanetes o estará avecindado en Getafe. Será un gran profesional. Aunque haya sido elegido a dedo.