La presidenta vecinal no cree que vivir en el casco antiguo sea un regalo para los vecinos.

¿Se vive mejor ahora en el Centro que en el año 2000?

Por lo que nos comentan nuestros asociados se vive peor porque la calidad de vida ha bajado muchísimo. Primero por la ocupación de espacio que es desmesurada y va a más, luego porque la peatonalización, aunque se hace por el bien común, ha traído como consecuencia que no podemos acceder hasta nuestra casa. Y se han abierto miles de bares, montones de hoteles y hostels y sin embargo no ha habido contraprestación como la infraestructura que necesita un barrio: centro de salud, centro para mayores, bibliotecas en condiciones o aparcamientos -con lo que hemos luchado por aparcamientos para residentes y se han descolgado con aparcamientos a 33.400 euros-.

¿El Centro sigue siendo ante todo un escaparate de la ciudad?

Un escaparate y un lugar de ocio que poco a poco se va parcheando. Los aparcamientos en superficie que quedan están muy dispersos, se da prioridad a la gente que acude en moto a trabajar al Centro... nos hemos quedado sin calles en donde aparcar. Y la calle Larios es un escaparate para todo, cada día, un evento. Algunos de ellos los sobrellevamos porque representan a toda la ciudad pero son la tercera parte de todos los que se realizan y te modifican tu actividad diaria.

La limpieza suele ponerse de ejemplo de trato preferencial al Centro con respecto a los barrios.

Cuando dicen que somos los más mimados y los que más nos quejamos no conocen nuestra situación. En cuanto a limpieza está bien en la calle Larios y parte de los aledaños y, entre comillas, porque cuesta mucho meter por vereda a la hostelería, que con tantos residuos agota toda la capacidad de lo que hay y es lógico, pero sufrimos esta situación.

¿Faltan entonces contenedores en el Centro?

Sí, el proyecto de contenedores soterrados se quedó escaso porque faltan. El vidrio de la hostelería es tremendo y el cartonaje se acumula.

¿Necesitan un plan especial?

Es necesario un proyecto aparte al resto de la ciudad porque las condiciones son completamente diferentes.

¿Hay más vecinos que hace diez años?

Aquí viven unos 5.000 vecinos y no creo que hayan subido. Hay mucha población flotante, vienen jóvenes al Centro a hacer un proyecto de vida pero en el momento que van a tener niños se van.

La plaza de la Merced fue una victoria vecinal al frenar el avance de las terrazas. ¿Cómo va la plaza de Camas, otro logro de los vecinos?

Ya hemos visto el proyecto. Hace mucho tiempo pedimos una reunión con la concejala de Comercio para que hiciera ya el plan de aprovechamiento, porque hay un montón de locales pequeñitos esperando ver qué ocurre con la plaza y de hecho por la noche ya hay bares que han tomado espacio por la plaza. Es necesario saber qué espacio puede ocupar cada uno.

¿Qué le parece que la carga y descarga haya aumentado su horario en el Centro?

En el último pleno se aprobó el nuevo plan de carga y descarga. Entre las cosas que cedimos, se aumenta una hora más por la mañana, a partir de las 7 y hasta las 11, perjudicando al vecino del Centro porque nosotros los jueves y viernes empalmamos la noche con la carga y descarga. A cambio hemos conseguido que en el mismo horario los vecinos tuvieran permiso para llegar a sus casas con el coche para cargar y descargar, sin estacionar. Carga y descarga ampliada porque se cierran tiendas y se abren bares sin parar.

Bares sin espacio y sin estar adaptados, sin insonorización porque la mayoría son casas antiguas que tenían la planta baja y un entretecho que aislaba del vecino de arriba y ahora eso ha desaparecido. Y mira que en la calle Molina Larios se nos dijo que estaría exenta de mesas y sillas porque era la vía de entrada y salida del Centro. Eso es más ruido e incomodidades para los vecinos y es un problema bastante gordo, sobre todo porque a veces son locales que no admiten más de seis personas y tienen que sacar todos los taburetes a la calle. Y el hilo musical ha sido otro coladero porque lo ponen a toda mecha y se convierte en música.

¿Sigue el botellón?

Sigue existiendo el botellón encubierto en la calle Beatas, Tomás de Cózar, la plaza de Uncibay... Los locales venden las copas, sus vasos de plástico y todo el mundo en la calle. En la calle Beatas incluso se sientan en el suelo con el vaso en la mano, algo muy difícil de erradicar. En este sentido, es mejor hacer actuaciones ejemplarizantes que continuas.

La Feria del Centro ¿debe seguir el camino del año pasado?

El año pasado con la medida de quitar las barras de alcance se dio un paso enorme. Se notó que de la plaza de Uncibay hacia abajo la cosa iba fenomenal y muy tranquila, podías acceder perfectamente a los bares y no tenías menos personal: tenías el mismo pero sin nadie que te empujara; no es que ellos pierdan. Y el botellón en la calle Alcazabilla se atajó porque se puso la zona infantil, además se trasladó una parte al puerto -no se puede trasladar todo porque el puerto tiene su función-. Yo creo que se ha ganado en calidad. Ahora, cuando llega la Feria los comerciantes tienen que cerrar, se marchan. Yo creo que más que una Feria del Centro se debía procurar un Centro en feria, con restaurantes engalanados pero sin casetas, con espectáculos en las plazas y la Feria, con todas sus infraestructuras, que sea la del Real del Cortijo de Torres.