­El presidente de la Diputación, Elías Bendodo, concluyó ayer su intervención en el desayuno informativo, celebrado en el hotel Miramar, rebosante de optimismo con respecto al estado de las cuentas de la institución provincial. De esta manera, mostró su convencimiento de que la liquidación de la deuda que acosa a la Diputación y que, según sus estimaciones, habría ascendido a los 218 millones de euros en 2011, año en el que él se pone al frente, quedará liquidada definitivamente para 2018. De cumplirse las previsiones, el equilibrio en la cuenta de resultados de la Diputación se equilibraría un año antes de lo previsto por el propio equipo de gobierno del PP.

«En 2018, la Diputación ya no deberá nada a los bancos. Hemos cerrado 2016, según los últimos datos de la liquidación, pagando 35 millones de euros a los bancos. Nos quedan 43 millones de euros de deuda e intentaremos saldarla este mismo año», aseguró Bendodo.

Como viene siendo habitual, también defendió el papel que ejercen las diputaciones a la hora de vertebrar el territorio y de garantizar las asistencia a los municipios con menos de 20.000 habitantes. «Somos una institución saneada, viable, inversora y cercana a los pueblos», sentenció el presidente que la Diputación, que añadió que también constituye un elemento para fomentar el crecimiento.