Desde su aparición, los chats y las relaciones online comenzaron a ganar terreno, en muchas ocasiones, a las relaciones físicas. La posibilidad de fingir ser una persona completamente distinta o la opción de consultar cualquier duda en Internet, podría estar entre las razones de proliferación de este tipo de actividades.

«Los nuevos portales de citas han acabado convertidos en las antiguas discotecas», confiesa Rodolfo De Porras, responsable de Psico Abreu, que asegura que las actuales webs de parejas se han convertido en el termómetro con el que las personas averiguan si siguen o no «en el mercado».

Sin embargo, el profesional no es el único que atribuye a las nuevas tecnologías los cambios en las parejas, la psicóloga Elisa Godino asegura que la mayor parte de la personas que acuden a una terapia, haya o no infidelidad, destacan el whatsapp como uno de los principales problemas. La falta de emoción o la rutina instaurada desde hace años, hacen que muchos se decidan a iniciar una relación a través de la pantalla de su móvil u ordenador. En este sentido, los psicólogos explican que el concepto de adulterio depende de los códigos de cada pareja, así el ciber-sexo podría ser considerado infidelidad por algunos mientras que para otros supone una mera afición.