La afición del Málaga CF está ávida de triunfos en La Rosaleda. No es para menos. El conjunto albiceleste acumula nada menos que medio año sin vencer ante su público, pese a la fidelidad que le muestra partido tras partido.

Desde el pasado 21 de marzo del presente año frente al Villarreal (2-0, con doblete de Nabil Baha), el equipo blanquiazul no sabe lo que es ganar, obtener la recompensa de los tres puntos en Martiricos, ante su parroquia, ante más de 20.000 fieles, que ansían una victoria cuanto antes. Fue en la jornada vigésimo séptima de la pasada campaña, cuando el bloque malacitano todavía era dirigido por Juan Ramón Muñiz.

Cuando el colegiado cántabro José Antonio Teixeira Vitienes dé el pitido inicial mañana lunes, habrán transcurrido 158 días desde la victoria más reciente. Siete choques consecutivos sin ganar en feudo propio, con empates frente a Tenerife, Valladolid, Sporting de Gijón y Real Madrid, así como derrotas frente al Sevilla –en dos ocasiones– y el Valencia. Cinco tropiezos correspondientes a la Liga 2009/10 y dos a la actual, 2010/11.

Muchos seguidores malaguistas ni siquiera recuerdan esa última vez que se fueron con el agradable sabor de la victoria.

El ´Submarino amarillo´, rival de mañana en La Rosaleda, fue precisamente la víctima, el último equipo que se fue derrotado de la avenida de La Palmilla. Y ese triunfo fue el segundo y último que se logró en toda la segunda vuelta de la pasada Liga; el otro fue ante el Espanyol (2-1). Y es que el Málaga CF de Muñiz sólo consiguió cinco victorias en casa en todo el campeonato.

Además de las reseñadas, en la primera vuelta de la competición hubo tres, frente al Atlético de Madrid (3-0), el Mallorca (2-1) y el Getafe (1-0). Para de contar. Un exiguo balance para un conjunto con aspiraciones de permanencia. Los dos triunfos lejos de casa –ante el Atlético de Madrid y el Racing– y la multitud de empates (16) hizo el resto por la salvación.

Cuando el Málaga CF le ganó al Villarreal en marzo, mantuvo el puesto decimoquinto que tenía desde dos jornadas atrás. Fue la mejor posición que logró hasta el final del campeonato liguero, ya que una semana después fue decimosexto y, con la derrota ante el Sevilla, decimoséptimo –al borde del abismo–, la posición que albergó al terminar la Liga, tras haber llegado a ser decimosexto y decimoctavo en las dos jornadas precedentes.

Este Málaga necesita de forma imperiosa los tres puntos en casa, no por lograr la tranquilidad que ya le da la situación en la tabla clasificatoria –es octavo tras dos triunfos y dos derrotas–, sino con el objetivo de darle una alegría a la afición. Vencer en La Rosaleda es, ahora mismo, la asignatura pendiente para el equipo malagueño. Ni Jesualdo Ferreira ni el dueño de la entidad, el jeque Abdullah Bin Nasser Al Thani ni los nueve fichajes han estrenado los tres puntos en Martiricos. Mañana puede ser un gran día para celebrar el deseado triunfo. Para quitarse la espina clavada.