El Málaga CF. 44 días después de consumarse el penoso descenso de la entidad de Martiricos a Segunda División, el club está sumido en el caos y el desgobierno. Todo por la inacción de su presidente, Abdullah Al-Thani, que no ha movido ficha por ninguno de los problemas que le han ido salpicando a lo largo de los últimos meses. Una irresponsabilidad que está matando lentamente al Málaga CF y lo está colocando al borde del abismo, no sólo deportivo.

Precisamente en esa parcela, el club blanquiazul es una incógnita gigantesca. El club está sin director deportivo en activo y sin sustituto -Husillos sigue en nómina a la espera de cerrar su salida, anunciada desde hace casi un mes tras la injerencia tuitera del presidente-, sin entrenador, sin director de La Academia y con la plantilla de vacaciones sin conocer ni una sola noticia de su futuro, del proyecto ni de su regreso a Málaga. Ése es el panorama justo cuando el Málaga CF ya va a desaprovechar cualquier ventaja que podría haber tenido con sus rivales en Segunda. Hoy finaliza la fase regular de la Liga 1 2 3. Se certifican los descensos y sólo cuatro equipos seguirán compitiendo unos días más en busca de la última plaza de Primera. El resto ya saben que serán rivales del Málaga CF y también saben que lucharán en una de las competiciones más complejas e igualadas de Europa.

Una semana horribilis

No es el único frente que tiene abierto el Málaga CF y, en concreto, Al-Thani. Porque si había muchas esperanzas depositadas en esta semana para comenzar a avanzar después de que Joaquín Jofre visitara Catar la anterior, los problemas han ido creciendo al presidente.

Al-Thani cuenta con dos listas para comenzar a echar a andar al Málaga CF. Una de entrenadores, donde el primero es Boquerón Esteban, donde el segundo era Paco Herrera y donde sigue estando Juan Ramón López Muñiz, aunque sólo como técnico. La otra lista, incluso más amplia, es para el director deportivo, en la que el catarí cuenta con casi medio centenar de nombres, entre los que está Weligton como una opción «casera». Pero no, el presidente no ha tomado ninguna decisión e incluso se escuda en el Ramadán para demorar sus obligaciones.

Otro de los golpes a la línea de flotación malaguistas ha sido la no continuidad de Antonio Tapia al frente de La Academia. El técnico cordobés llegó hace sólo siete meses y ha conseguido lo que el club llevaba buscando diez años seguidos: ascender al filial a Segunda B. Sin embargo, no ha visto claro el proyecto y ha decidido echarse a un lado. No ha renovado su contrato y no seguirá en el Málaga CF.

Y es que la estructura del club es más frágil que nunca. Sin director general, sin director del área de márketing, sin director deportivo, sin entrenador... Y puede que no sean las únicas salidas, lo que ha provocado el nerviosismo en el seno de los trabajadores. Esta semana también se daba a conocer que los empleados han enviado una misiva al presidente en la que le reclamaban información sobre su futuro laboral e institucional. Le pedían acciones y movimiento. Una llamada de socorro ante el desconcierto generalizado.

Y por si fuera poco, las demandas judiciales también siguen su curso y aparentemente con más celeridad de la esperada. En estos momentos el presidente tiene abiertos, al menos y que sean conocidos, cuatro litigios: el ya conocido con BlueBay y una querella de Shatat por falsas acusaciones; pero en las últimas fechas una demanda penal ya admitida a trámite presentada por el abogado marbellí Dumet Grayeb y otra denuncia por lo Mercantil que pusieron los accionistas minoritarios y que ya comienza a tomar color.

El presidente, como en la parcela deportiva, tampoco parece preocupado por sus litigios en los juzgados. Sin embargo, a día de hoy ésa parece la vía más plausible para que el club cambie de propiedad ya que el catarí ha rechazado varias propuestas de compra-venta.

Esta es la radiografía del Málaga CF cuando junio ya ha echado a andar y cuando el proyecto por el ascenso no tiene ni la primera piedra. Todo ello a las puertas de comenzar la campaña de abonados del club blanquiazul. Una ayuda, la de la afición, que a buen seguro que tendrá que ser necesaria porque el Málaga de hoy no sabe dónde estará el de mañana.