Vecinos del edificio Marbella 2000 -en el que viven unas 200 familias- y otros inmuebles colindantes con el puerto deportivo marbellí han denunciado al Ayuntamiento el exceso de ruidos que vienen soportando durante los últimos meses. Hartos de la situación, los vecinos han remitido sendos escritos al alcalde, José Bernal (PSOE), para que haga cumplir la legislación vigente en Andalucía.

Thomas Dressler, uno de los denunciantes, tras señalar que lleva más de tres décadas en Marbella, aclara que no tiene nada en contra de los locales que ofrecen a sus clientes música en directo: «Lo que indicamos es que hay una normativa muy clara y sólo solicitamos que se respete». Dressler añade que hace cuatro años remitieron una queja similar, estando el PP en el equipo de gobierno.

«Cuando pasaron las elecciones hubo cierto descontrol pero da igual qué partido gobierne. Tenemos que alertar de nuestro problema para que se tomen en consideración nuestros derechos», afirma.

El Consistorio atendió ayer la queja vecinal y ya ha confirmado una reunión, prevista para el próximo lunes, con la presencia de responsables municipales y de los portavoces de estas familias. Dicho encuentro se celebrará en las inmediaciones del propio puerto deportivo.

«Lo que exigimos por escrito es el cese inmediato de eventos que incluyan altavoces, bafles o micrófonos en las terrazas que hay en el puerto. Los sábados incluso hay conciertos en vivo, lo mismo que los domingos. Le trasladaremos al equipo de gobierno nuestra petición de que haya un riguroso control de la música generada por los bares que ahora incumplen las leyes existentes», argumenta Dressler en su misiva.

No sólo transmite esta queja, sino que además detalla a modo de informe cada uno de los eventos que se han celebrado entre el 15 de abril y el 1 de mayo con excesos de ruidos. El listado incorpora desde fiestas de cumpleaños hasta eventos públicos celebrados en horarios que consideran los vecinos no compatibles con su descanso.

«No se trata de señalar a nadie, sino de trasladar a la autoridad competente dónde están los puntos negros», relata. «Por ejemplo, todos los viernes y sábados, hasta más allá de las doce de la noche, tenemos música fuera de control. Nada de insonorización. Cada uno hace lo que le da la gana. Música de día, por la mañana, por la tarde y por la noche. Los fines de semana y también los festivos. En Guantánamo el uso continuo de la música ha sido un medio de tortura», añade.