El sur de El Torcal lidera la producción de cítricos ecológicos en toda la provincia de Málaga, en concreto en el caos de naranjas, limones y clementinas, y adquiere una posición «bastante importante» en la producción de una amplia variedad de hortalizas, como tomates, pimientos, alcachofas y cebollas, entre otras, también de tipo ecológicas.

Una empresa local de la zona, Postigo-Bio, que lleva en esta actividad de producción ecológica desde el pasado 1991, produce anualmente más de 2,5 millones de kilos de estos alimentos ecológicos, que son en su mayor parte comercializados en Francia y en el Norte de España, según aclaró uno de los dueños de la compañía, José Luis Pérez Pinto, hijo del dueño fundador de la fábrica, Antonio Pérez Postigo.

La facturación de la empresa local, ubicada en la pedanía antequerana de La Joya, supera el 1,5 millones de euros anuales, según aclaró el dueño.

De moda

La producción ecológica -actualmente de moda entre los consumidores por los beneficios que reporta al organismo por la ausencia de productos químicos en su cultivo- requiere más mano de obra que los cultivos tradicionales, lo que encarece precisamente su sembrado y recogida.

«La producción ecológica se encarece en relación a la tradicional entre un 25 y un 40%, porque requiere más mano de obra por no contar con ningún elemento químico externo. Así, para las malas hierbas no se emplea ningún tipo de producto y son quitadas directamente a mano por los trabajadores, entre otras cuestiones», enfatizó Pérez.

El pleno municipal aprobó recientemente la declaración de utilidad pública de una nave industrial de la firma en la que los trabajadores manipulan y calibran los alimentos cultivados y posteriormente los envasan y los introducen en cajas para su comercialización.

La venta de los cítricos y las hortalizas es realizada por la empresa local través de una de sus filiales, Exalco-Bio. La zona sur de El Torcal destaca, precisamente, por la producción de una gran variedad de hortalizas y alimentos ecológicos. La mayor parte de los residentes de la zona trabajan en este tipo de cultivos que emplea por campaña a más de una treintena de personas. «La mano de obra es muy importante porque es nuestra esencia», concluyó Pérez.