El Ayuntamiento de El Burgo vivió ayer una jornada polémica que comenzó con un encierro de los tres concejales y un exedil de Izquierda Unida en las dependencias municipales y finalizó alrededor de las tres de la tarde, con la renuncia presentada por parte del interventor del Consistorio.

Según el exalcalde de El Burgo, José Joaquín García (IU), «el equipo de gobierno alega que no puede hacer frente a la devolución de parte de la subida del IBI –de hasta un 70% de media– porque nosotros dejamos una deuda de 649.000 euros en las arcas municipales durante nuestro mandato. Y como es mentira, queremos que el interventor firme un papel en el que se demuestre que lo que dice la alcaldesa es así», señaló.

Por su parte, la alcaldesa, María Dolores Narváez (PSOE), explicó que «el interventor no puede certificar esas cuentas porque él no realizó el informe, ya que éste se redactó en octubre y él comenzó a ocupar el cargo en mayo, sustituyendo a la anterior interventora por un problema de salud».

Además, acusó a los representantes de IU de forzar su renuncia, al señalar que «él no conoce esas cuentas y ha adoptado esta decisión al verse acosado», pero la munícipe anunció que no va a aceptarla.

Por último, la alcaldesa justificó que finalmente no se realice una consulta popular para la devolución de parte de la subida del IBI en que «no es posible, ya que la ley no lo permite en lo relacionado con haciendas locales».