Los dólmenes de Menga, Viera y el tholos del Romeral se presentan bajo la apariencia de paisaje natural, enterradas bajo túmulos de tierra, subordinando su orientación a la atracción a dos monumentos naturales e hitos visuales de la Peña de los Enamorados y el Torcal de Antequera. Se trata de grandes construcciones megalíticas que aportan elementos excepcionales de valor universal tanto en sus tipologías y características arquitectónicas como en su relación con los diferentes espacios naturales en los que se ven enclavadas, hecho que según el expediente de la Junta de Andalucía, no tiene paralelo en la Lista de Patrimonio Mundial de la Unesco.