Con el verano llegan los campeonatos de selecciones en categorías inferiores. Cada año vemos a España compitiendo para ganar medallas, ya sea en europeos o mundiales. Sin ir más lejos, la selección de baloncesto sub´20 femenina se ha proclamado campeona de Europa, igual que las chicas de la selección sub´17 de fútbol, que también han hecho lo propio hace algunos días. Por su parte los chicos de la sub´20 masculina luchan hoy por la medalla de oro en el Europeo de su edad con Serbia, mientras que los sub´19 de fútbol disputan esta tarde la final de su europeo ante Rusia.

En muchos casos en estos campeonatos se antepone el resultado a la formación de los jugadores, cambiando la posición de alguno de ellos para buscar el rendimiento y no su progresión. Por ejemplo, recuerdo ver a Dani Díez o Álex Abrines jugar con su selección hace algún verano en la posición de «cuatro» cuando son claramente aleros. Ahora Juancho Hernangómez también está jugando como «cuatro» en vez de como alero, su posición natural. Pero esto es algo que no está prohibido y da a nuestras selecciones gran rendimiento. Todos tenemos claro que ese rendimiento es lo que buscan. Su objetivo es ganar. No es criticable.

El resultado no demuestra que haya cantera. Es decir, el hecho de proclamarse campeones de Europa o conseguir un puesto alto en un Mundial no implica que haya jugadores de futuro. Un buen resultado no demuestra que los jugadores que forman ese grupo estén preparados para dar el siguiente y más dificil paso: la profesionalidad.

Independientemente del resultado final, cuando ves algún partido de alguna de estas selecciones que antes he mencionado, te puedes dar cuenta de que hay mucho talento en esos grupos. Los chicos y chicas que representan el fútbol y el baloncesto joven en estos europeos demuestran tener capacidad para ese más dificil todavía que es asentarse en equipos profesionales. Están preparados para una oportunidad.

Ese reto en muchos casos no depende de ellos y eso complica su crecimiento. Por ejemplo, Asensio está jugando un gran campeonato de Europa coronado con los dos goles que marcó a Francia en la semifinal. Sin embargo, lo va a tener muy dificil para jugar esta temporada en su nuevo equipo, el Real Madrid, por las grandes estrellas que hay en esa plantilla y las enormes necesidades que ese equipo tendrá esta temporada después de la sequía de títulos de la anterior. Asensio seguramente tendrá que emigrar en busca de minutos a otro equipo. Pero eso tampoco le garantizará jugar. Será muy importante quién sea el entrenador del equipo al que vaya, que sea valiente y apueste por el chico dándole partidos.

En el baloncesto, las dificultades son mayores incluso porque el número de jugadores que forman un equipo es menor. En muchas ocasiones hemos oído o leído que las competiciones FEB estaban pensadas para que estos jugadores jóvenes tengan más opciones para seguir su formación y desarrollo, como paso previo a competir en la ACB. Pero la realidad es que los clubes que forman la LEB se juegan mucho dinero y los entrenadores sus puestos, por lo que confían en jugadores con experiencia. De esta forma es fácil ver en estas categorías a jugadores con más de 30 años con calidad y conocimiento del juego haciendo de tapón a esos jóvenes talentos que en verano ganan medallas para nuestro baloncesto.

El problema es el mismo hablemos de fútbol o baloncesto. Hay proyecto de jugadores. Hay talento. Pero no hay oportunidades. Seguro que estos chicos y chicas no están totalmente formados. Seguro que tienen cosas que mejorar. Ellos deben estar dispuestos a echar abajo la puerta del vestuario si hace falta para formar parte del primer equipo de su club. Deben demostrar ambición por jugar. Pero hay que ser valientes con ellos, hay que darles esa oportunidad que piden y buscan. Son el futuro de nuestro deporte y se debe confiar en ellos antes que en otros jugadores, extranjeros en muchos casos, que no sienten los colores de la camiseta que defienden por no haberse criado en esa cantera.

Merecen esa oportunidad para demostrar si están preparados o no. Evaluar esto sin ponerlos a jugar es muy injusto.