Cartas al director

Ante las próximas elecciones generales del 20 de diciembre, creo y me temo que ocurrirá lo mismo que en anteriores ocasiones. Ganarán, sin dudarlo, los dos grandes partidos, PP y PSOE, y con gran diferencia, por la sencilla razón de que son los que más poder han detentado, y detenta, por razones obvias, y por lo cual, pueden atraer y «simpatizar» a millones de personas, y me explico. Hoy por hoy, los sentimientos e ideologías pasan a segundo plano y se convierten en intereses personales, con un sinfín de maniobras para colocar, enchufar y poner a dedo a todo aquel que les garantice el voto y la «lealtad». El fundamento y filosofía de esta «partitocracia indigna» es el amiguismo, el enchufe y compadreo descarado. Un pesebrismo zafio, donde un ejemplo claro ha sido el tema de los ERES en Andalucía, y donde el poder político no ha parado hasta anular y defenestrar a la jueza Alaya. Todo esto le reporta a estos dos partidos, PP y PSOE, millones de votos, millones que dan al traste con todas las ideologías, programas y esperanzas de futuro de cualquier otro partido. Estas son las miserias de un sistema político degradante y falto de una democracia real y verdadera, donde en el fondo todos somos cómplices, desde la monarquía, hasta el último concejal o ciudadano con derecho al voto. Y donde los poderes públicos e institucionales, aun con conocimientos de causa, callan y otorgan, por esos mismos intereses personales, de poder y cargos, siempre muy bien remunerados. Sin más, me despido, con un cordial saludo y le agradezco de antemano la publicación de mi carta.