EN LA MUERTE DE FANDIÑO

Un torero ha muerto en la plaza francesa de Mont-de-Marsan en Francia. Es el segundo torero en lo que va de año. Eso simplemente llevaría una reflexión en pleno siglo XXI. En primer lugar quiero decir bien alto y claro desde mi antitaurinidad convencida que siento la muerte de Iván Fandiño, ese torero vasco que se forjó a sí mismo. Y por supuesto todas mis condolencias a su familia. Antes de ser taurino o antitaurino hay que ser persona, ser humano. Y es por ello que toda esa cantidad de comentarios aberrantes en las redes sociales contra su persona me parecen deben ser perseguidos por la ley.

Pero hay otro tema que me preocupa. La falta de partes médicos, la inexistencia de ambulancia, la larga estancia en la enfermería de la plaza sedado. Y es que todo esto no me resulta nuevo. En ciertas plazas no están acondicionadas mínimamente sus enfermerías para poder realizar ciertos auxilios sanitarios. Esto sería la otra cara de la moneda en el mundo taurino.

Desde aquí quiero demostrar que muchas personas, antes de ser antitaurinos, somos seres humanos con sensibilidad. No inhumanos. Descanse en paz, Fandiño.

Paco HuescaMálaga