Hay una fuerte controversia acerca del nombre de la avenida Carlos Haya. Bueno, al menos en el ámbito político, dado que el malagueño común no tiene ninguna controversia y sigue denominando Carlos Haya a la avenida y al hospital.

Menganito, que está el pobre más repuestito, pero se ha pasado cuatro días en Carlos Haya. Mi primo vive en Carlos Haya, donde los bloques de ladrillo visto. Y en ese plan.

Ciudadanos quiere que se llame Camino de Antequera. Izquierda Unida prefiere Avenida 4 de diciembre de 1977 y Málaga Ahora-Podemos opta por Avenida o Camino Norman Bethune, el médico que tantas vidas salvó en la desbandá. Se admiten más ideas.

La culpa de que al hospital se le siga llamando Carlos Haya la tiene en parte la Junta, que optó por un sinsustancia (es tan poca la sustancia que el término lo ponemos junto) Hospital Regional no se qué, cuando tuvo que renombrar el centro. La gente no es partidaria de subirse a un taxi y decir lléveme al Hospital Regional no sé qué. La gente cuando le duele algo y tiene que plantarse en Carlos Haya no está para florituras. Y dice lo que dice todo el mundo que quiere llegar en taxi a Carlos Haya: lléveme a Carlos Haya.

Que no entienda nadie esto, no obstante, como apología de la costumbre, ya sabemos que el señor Haya fue lo que fue, 300 bombardeos, el angelito. También, el que inventó el sistema de ‘bombardear’ víveres. Con pavos. Se ataba un pavo a un paquete (comida y medicinas) y se tiraba todo desde el avión. El pavo hacía de paracaidas. Luego en tierra era un alimento más para los pobres cercados que recibían el tal ‘bombardeo’. Se lo copiaron mucho esto después. En muchas guerras y cercos. No hay que olvidar tampoco una iniciativa de IU, del gran Antonio Romero, ahora felizmente recuperándose de una invervención quirúrgica, por cierto, que consistía en llamar Blas Infante al complejo hospitalario. Se llegó a aceptar por parte de la Junta, distinguiendo nominalmente lo que era uno de los edificios y lo que era el conjunto entero en sí. O no. Un lío, dado que nadie rotuló nada con Blas Infante ni cuajó ni se hizo caso. Ni el Cristo que lo fundó. Apuntemos que la Carretera de Cadíz no se llama ya así. Y que el distrito oficialmente no tiene ese nombre, ni tampoco la vía circulatoria que la vertebra, que es en un tramo la Avenida de Velázquez y que en otros se llama de otra manera. Sin embargo, todo el mundo se sigue refiriendo a la zona como Carretera de Cádiz. Mi primo vive por la Carretera de Cádiz, por ejemplo.

En fin, también es cierto que, menos mal, la gente no sigue llamando de José Antonio a la plaza de la Constitución. O alguno sí, vaya usted a saber. O vaya usted a Carlos Haya.