La plaza de toros de La Malagueta se encuentra inmersa en un proceso de transformación desde la publicación a comienzos del mes de octubre del pasado año del pliego de adjudicación de la plaza, por el que el coso pasada a ofrecer una programación de temporada en lugar de centrarse en la Feria de Agosto, como venía sucediendo en los últimos años.

Tras la renuncia a optar a una posible prórroga por la unión temporal de empresas conformada por Fernando Puche, Javier Conde, Francisco Rivera Ordóñez y Simón Casas, la Diputación Provincial, como propietaria del coso, sacaba a concurso la explotación del mismo. Así, el nuevo pliego de condiciones para la adjudicación de La Malagueta, publicado por el Boletín Oficial de la Provincia de Málaga, contemplaba la recuperación de la temporada taurina entre Semana Santa y septiembre, período en el que deberían celebrarse un mínimo de diecinueve festejos. El pliego, con validez desde 2012 hasta 2017, exige por temporada doce corridas de toros, una corrida de rejones, dos novilladas con picadores y cuatro novilladas de promoción sin picadores, y ello sin perjuicio de que se incremente el número de festejos a discreción del adjudicatario.

En este sentido, se marcaba un calendario fijo de celebraciones con dos corridas en Semana Santa (una de ellas picassiana); una corrida en junio, la de la Prensa, por la festividad de los Patronos San Ciriaco y Santa Paula, festejo tradicional que se había perdido en los últimos años; una novillada picada, un festejo de rejones y ocho corridas en la feria de agosto; y una novillada picada y una corrida en septiembre por la festividad de la Patrona, Nuestra Señora de la Victoria. Ante la coincidencia de estas últimas fechas con la Corrida Goyesca de Ronda, se ha optado finalmente por crear la Feria de la Vendimia, que se ha incluido en el abono ferial.

También contemplaba el pliego la creación de una comisión que estudiará las inquietudes de los aficionados una vez terminada la temporada correspondiente, así como un patronato taurino provincial donde se aglutinarán la Escuela Taurina, que pasará a tener una adjudicación mas permanente, el museo Antonio Ordóñez, que también se verá reforzado con la incorporación de la Colección Juan Barco, y el futuro centro provincial de estudios taurinos.

Otra iniciativa que recogía el pliego es la denominada Andanada Joven, que reserva 206 localidades en el segundo piso de la plaza, destinadas a los menores de 28 años, que pagarán 10 euros en corridas de toros y 5 en novilladas y festivales. También se reservan para los jubilados otros 206 asientos en las andanadas de Sol y Sol y Sombra, a los mismos precios.

Finalmente fueron tres las empresas que concursaron por la plaza, resultando triunfadora la UTE encabezada por la Casa Chopera junto a Grupo Mundo y Grupo Percufás; por delante del empresario malagueño José Luis Martín Lorca y de Sebastián Rodríguez Serolo.

De este modo, la nueva adjudicataria optó en su propuesta por potenciar a los aficionados más fieles a La Malagueta, con un descuento del 30 por ciento para toda la temporada. No obstante, se mantenía un descuento reducido de un 10 por ciento para la Feria de Agosto en exclusiva.

Compromisos. Hasta el momento, la Casa Chopera ha cumplido con sus compromisos y ofrecía el Sábado Santo en la Corrida Picassiana un mano a mano entre Javier Conde y Saúl Jiménez Fortes con toros de Juan Pedro Domecq; mientras que el domingo de Resurrección hicieron el paseíllo El Juli, Miguel Ángel Perera y Alejandro Talavante con reses de Núñez del Cuvillo. La Corrida de la Prensa del 17 de junio contó con una terna compuesta por Antonio Barrera, Iván Fandiño y David Mora, con ganado del hierro del Marqués de Domecq.

La pobre afluencia de público a estos festejos pone en dudas la viabilidad de una temporada taurina en la capital de la Costa del Sol, por lo que habrá que aguardar a ver el aspecto que presentan los tendidos de La Malagueta en esta Feria de Agosto y sobre todo en los dos festejos programados para principios de septiembre para determinar si la afición taurina malagueña realmente demanda una programación diluida a lo largo de todo el año o prefiere centrarse en sus días festivos.