Una correcta alimentación y ejercicio físico regular ayudan a combatir el sobrepeso y la obesidad, que afectan a más de la mitad de la población en España, pero ¿por qué unas personas engordan más que otras si comen lo mismo? La alteración de la flora intestinal parece jugar un papel importante.

Las últimas investigaciones apuntan a que la pérdida de biodiversidad del intestino se asocia con enfermedades como obesidad, diabetes y otras de tipo inmunológico, según señalaron ayer los expertos de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), durante la presentación de su congreso en Málaga.

La alteración de la microbiota (flora intestinal) se vincula a la obesidad no tanto por el número de bacterias que se pierden, sino por cuáles desaparecen, ya que algunas «rentabilizan» más los alimentos y otras ayudan a que se produzca la pérdida de apetito tras su ingesta. Así, este cambio podría ser responsable de que las personas generen hasta 150 calorías de más en su dieta diaria, apuntó el presidente del comité local del congreso, el endocrinólogo Francisco Tinahones.

El número de bacterias en la flora intestinal se ha reducido en las últimas décadas debido a los hábitos de higiene, el uso abusivo de antibióticos, la reducción del número de miembros de las familias, el descenso de la lactancia materna o el aumento de cesáreas, que impiden que el bebé recoja las bacterias presentes en la vagina al nacer. En la actualidad, los estudios se centran no solo en analizar la influencia que pueden tener estos cambios en el ecosistema bacteriano en la obesidad y la diabetes, sino que también abordan la modificación de la microbiota.

En el congreso de la SEEN, que reúne hasta mañana viernes en Málaga a más de 1.500 expertos, participará un grupo de investigación holandés que ha comenzado a hacer trasplantes de flora intestinal de personas sanas a otras con diabetes. Para ello, se emplean las heces de la persona sana, de la que se extraen las bacterias -suponen el 50 por ciento-, que se filtran y aislan antes de introducirla en el intestino del otro paciente a través de una sonda nasogástrica, indicó Tinahones.

El endocrinólogo cree que el trasplante no va a ser la solución terapéutica, sino más bien un cóctel probiótico de las bacterias que se demuestre que son efectivas.

En el congreso, que cuenta con medio millar de comunicaciones, se abordará además el riesgo cardiovascular en pacientes con déficit de hormona del crecimiento, y el ejercicio físico en el tratamiento de la diabetes, así como el impacto cardiovascular de los medicamentos para esta enfermedad. El presidente de la SEEN, Manuel Puig, destacó que la endocrinología abarca muchas enfermedades que son «retos mayúsculos», como la diabetes, que afecta en torno al 20% de los mayores de 65 años, la obesidad o la desnutrición que comporta el cáncer.

Días después de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) haya pedido a los gobiernos que establezcan nuevos impuestos a las bebidas azucaradas para frenar la obesidad, entre los periodistas ha llamado la atención que uno de los patrocinadores del congreso sea Coca-Cola. Puig manifestó que todo depende de «cómo» se toman estos productos, del momento de la ingesta y la cantidad de bebida, y añadió que insisten a la marca para que promocione los productos de bajo contenido calórico.