"Está hecho. El club lo hará oficial en las próximas horas"? Mi compañero Fali me dio la feliz noticia ayer sobre las 10 de la mañana. La noche anterior ya habíamos hablado de que el acuerdo con Fran y el Barça era una certeza, pero faltaba que alguien le diera oficialidad. Le felicité por haber informado a los lectores de La Opinión casi a tiempo real de todo lo que ha ocurrido estos últimos días en torno a esta complicada operación y también nos dimos la enhorabuena mutua porque nuestro equipo haya cerrado el que es y será, sin duda, uno de los fichajes del verano.

Y es que Fran Vázquez podía estar a estas horas disfrutando de la NBA en Orlando. O podía aceptar la oferta que le propuso el Barça para seguir ganando títulos vestido de blau y grana. O podía, por el contrario, convertirse –junto a Rudy– en el otro fichaje estrella del Real Madrid 2012/2013. Incluso podría, si él quisiera, ser uno de los ases del Fenerbahce turco, el nuevo rico del baloncesto de Europa. Pero no. Ni Florida ni Barcelona ni Madrid ni Estambul le han seducido. Fran ha elegido Málaga para seguir jugando al básket y pasear sus 209 centímetros, su flamante número 11 del draft de 2005, su récord de tapones (87) en la historia del los play off y también su plusmarca de «chapas» en la Euroliga (180).

Chapeau para la directiva, muy castigada por las críticas en los últimos tiempos –en ocasiones con razón y en otras simplemente porque sí–, pero que en esta ocasión ha dado una lección de habilidad, rapidez y poder de persuasión para convencer de lo que parecía imposible a uno de los «grandes». La acción-reacción tras la pérdida de Freeland no ha podido resultar más convincente y positiva. El tiempo dirá si la operación es un éxito, pero a priori no se le puede poner un solo «pero» al nuevo fichaje de la pareja Rubia-García. Si la afición quería un «caramelo», el club le ha dado la piñata entera. Repesa, Vidal, Simon, Fran, ¿Urtasun?, ¿Ukic?, ¿Calloway?, ¿Ivanov?, ¿Macvan?... Los que ya han venido y los que están por llegar colman las aspiraciones de los más exigentes. Ahora lo que hace falta es que los abonados respondan para que entre todos el proyecto alcance la mayor cota posible. La crisis deja poco espacio para el ocio. Pero sigamos el ejemplo de la selección española de fútbol, capaz de hacernos olvidar todo lo malo que nos rodea. ¿Por qué no el Unicaja puede ejercer semejante bálsamo?