El malagueño Carlos Cabezas dejó de ser ayer jugador del Caja Laboral. El club le comunicó por la mañana que recogiera sus pertenencias y que por la tarde se acercara a las oficinas para firmar su finiquito y la liquidación de su contrato. Oficialmente, el Baskonia expuso en una nota pública que dejaba el equipo por motivos técnicos, ya que no contaba para Zan Tabak, y se repescaba a Van Oostrum, del Cáceres de LEB.

Pero extraoficialmente, la historia del divorcio entre el club, el entrenador y el base es bien distinta. Se acusa a Carlos o al entorno de filtrar a la web «TuBasket» un episodio de rebeldía en el vestuario del Palacio de La Paz y la Amistad, tras la derrota de Euroliga ante el Olympiacos en Atenas.

La situación ahora deja desamparado al exjugador del Unicaja, ya que el bravo base costasoleño no podrá fichar por ningún club ni de la Euroliga ni de la Liga ACB este curso, puesto que expiró el plazo para intercambiar jugadores dentro del torneo español y, al haber jugado la máxima competición continental, ya no puede fichar por un equipo del torneo.

Tabak, tras las derrota en El Pireo, decidió multar a cada integrante de la plantilla con 1.000 euros, algo que no se entendió en el seno del grupo. Tanto fue así que un peso pesado como Chapu Nocioni le hizo, al parecer, un desplante al croata. De este hecho se informó en la citada web y el Baskonia y Tabak señalaron ayer con el dedo, sin pruebas, a Cabezas. Ahora el jugador busca un club donde finalizar la temporada y demostrar el mucho baloncesto que todavía guarda dentro.