Al descanso, las estadísticas del Unicaja-Manresa reflejaban una asistencia de 2.931 personas. Ya en el tercer cuarto se contabilizaron y refrescaron los datos ofrecidos por los tornos, que desde hace un par de temporadas operan en el Martín Carpena, y entonces ya se hablaba de 3.394 espectadores. El encuentro del sábado por la tarde pertenece ya a la historia negra del club, puesto que representa la entrada más baja desde que el Unicaja se trasladó al Palacio de los Deportes, hace ya 15 temporadas.

El dato es sangrante y la paupérrima ocupación de pabellón malagueño fue alarmante. El club ha logrado recuperar masa social este curso después de un par de temporadas en caída libre. Pero, a pesar de que el equipo está firmando una temporada realmente notable y es cuarto en la Liga Endesa, la afición sigue empeñada en darle la espalda. Las excusas para que la «marea verde» se decantara el sábado por pasar la tarde en cualquier sitio menos en el Palacio son amplias.

Muchos aficionados y abonados cajistas se pillaron el puente y puede que no estuvieran en Málaga. Hubo una desgraciada coincidencia con el fútbol. El club decidió cambiar los horarios de los últimos encuentros al sábado a las 19.00 horas, el horario habitual de la última década antes de que hace ya tres o cuatro años la Euroliga y las televisiones mandaran al Unicaja a jugar los domingos por la mañana. Parece que ése es el momento que mejor le viene a la afición viendo los últimos encuentros. Lo cierto es que una vez que se cambió al sábado, la Liga de Fútbol Profesional situó los dos últimos choques del Málaga justo en esa franja horaria. La coincidencia llevó a muchos seguidores que tienen carnets de los dos equipos a La Rosaleda.

El buen tiempo ha llegado ya definitivamente a Málaga y las playas presentaban una ocupación muy elevada el sábado, por lo que alguno seguro que prefirió darse el primer chapuzón del año antes que coger la bufanda verde y desplazarse al Carpena. La escasa entidad del rival, el Bruixa d´Or, prácticamente ya descendido, tampoco animó demasiado a la afición.

A cualquier excusa puede agarrarse el aficionado, apático y huidizo en los últimos tiempos. Y llama la atención porque después de las últimas malas temporadas, en la que el equipo ha hecho el ridículo en la Liga Endesa sin clasificarse siquiera para el play off, en esta ocasión su marcha es muy destacada. El equipo es cuarto, con seis victorias consecutivas, está en una gran dinámica y enamora de cara a la lucha por el título. Ya el debate sobre la directiva, la dirección deportiva, el cuerpo técnico... ha pasado a mejor vida. El daño, por supuesto, está hecho, y ni Joan Plaza está siendo capaz de levantar la moral de la grada. Los descuentos en los abonos de esta temporada -una bajada media de más del 5 por ciento- y las continuas promociones siguen sin atraer.

Ante el Manresa, con sólo 3.394 aficionados, se tocó suelo. Es (vean la tabla adjunta), la peor entrada en toda la historia. Sólo restan dos partidos ya en casa en esta fase regular, ante Fuenlabrada (sábado día 10 a las 19.00 horas) y Real Madrid (domingo día 25 a las 12.30 horas). Y después, los play off.