­La Liga de las Américas 2015, la competición más prestigiosa de clubes que se disputa en Sudamérica, ya reposa en las vitrinas de Rafael Hettsheimeir, el expívot del Unicaja que se marchó este verano sin tiempo siquiera de despedirse de la que fue su afición. Rafa regresó a su país, a los 28 años, aún con mucho baloncesto en sus manos. Pero en la Liga ACB, tras su operación de rodilla y jugar muy poco en el Real Madrid, no encontró sus minutos. En el Unicaja, un par de lesiones musculares, y la apuesta de Joan Plaza por Domas Sabonis, le apartaron de los focos. Ahora, en una competición diferente y en la incipiente Liga de Brasil, con el Bauru, Hettsheimeir ha vuelto a sonreír y a sentirse jugador.

El pívot fichó por cuatro temporadas y desde que llegó a su equipo no ha dejado de levantar títulos. El último, el pasado domingo, la Liga de las Américas, donde su equipo brilló en la Final Four para derrotar en la gran final al Pioneros Quintana Roo mexicano por 86-72. El exjugador del Unicaja estuvo soberbio, con 30 puntos (4 triples), 8 rebotes y 35 de valoración. Hettsheimeir atendió ayer a La Opinión desde su casa en Bauru, a una hora y media en coche de Araçatuba, donde nació.

«Sabía que el equipo que se había hecho era fuerte, han venido jugadores de talento y esperaba ganar algo, pero no todos los títulos que hemos jugado y más el continental, porque es un título muy difícil, y hemos hecho una buena campaña y hemos sorprendido a todo el mundo», dice feliz y contento.

¿Qué ha cambiado en Hettsheimeir? «Tengo otra vez confianza aquí, el equipo en general está jugando muy bien y ahora estoy muy feliz, soy otra vez campeón y estoy muy contento. He mejorado físicamente también, tengo continuidad. Me siento bien y estoy jugando fácil, espero seguir así y poder ganar más títulos aquí».

El brasileño, a pesar de estar muy bien en casa, añora a diario todo lo vivido en la ACB y recuerda con cariño su temporada enMálaga. «Mi salida fue muy rápida, terminé la temporada y me fui. La gente me trató muy bien, todo el mundo, y tengo mucha amistad con gente de allí. Sólo puedo dar las gracias por todo a la gente de Málaga. Me trataron muy bien».

«Echo mucho de menos Málaga, es una ciudad increíble, yo y mi mujer y mi familia estábamos muy bien. Mi vida baloncestística ha sido en España y lo echo todo de menos», explica Rafa, que confiesa que su objetivo era continuar el año opcional que tenía. «Claro que me hubisese gustado seguir, estaba muy a gusto y me hubiese gustado, por supuesto»

A miles de kilómetros, el pívot sigue estando en mente en Málaga. «Sigo todos los días todo sobre el Unicaja. El Unicaja está haciendo una temproada espectacular, ganando en casa y ha ido mejorando. La Euroliga la sigo menos. En la ACB está jugando un baloncesto increíble, el equipo está jugando muy bien y es un gran equipo y merece lo mejor, está jugando increíble», insiste.

Ha cambiado Málaga por Bauru, una ciudad «volcada con el equipo», a sólo una hora y media de donde nació, en Araçatuba. «Estoy como en casa, porque mi madre es de Bauru y tengo familia. Tengo mucha familia aquí. La gente, el patrocinador, todos me tratan muy bien. También los compañeros. Es un país un poco peligroso, pero aquí estamos muy seguros», comenta.

Hettsheimeir aprovecha para despedirse de la afición cajista: «Gracias por todo, a esa afición que me trató muy bien, a la gente de Málaga. Aún recuerdo lleno el Martín Carpena contra el Real Madrid. Veo al equipo muy fuerte, ojalá pueda ser campeón».