El entrenador del Unicaja, Joan Plaza, ha frenado en seco la segunda oleada de protestas que la afición del Unicaja lleva preparando desde hace unos días para el encuentro ante el CSKA. La afición mostró públicamente su desacuerdo con el nuevo plan de la Euroliga en el encuentro ante el Maccabi, silbó y dio la espalda al himno y preparó ingeniosas pancartas y carteles contra Jordi Bertomeu la competición. Para el encuentro de mañana, parte de la grada ya estaba tomando de nuevo una serie de iniciativas. Se están preparando simpáticas pancartas asemejando la actualidad del equipo con el regreso a las pantallas de 'La Guerra de las Galaxias'.

Sin embargo, Plaza no quiere que la fuerza le acompañe. Y hoy, en su comparecencia pública matinal, ha pedido que no haya nuevas protestas ni reivindicaciones, aunque sea consciente de que, con el plan trazado por los 11 equipos con "Licencia A", puede que sea "la última vez que venga el CSKA al Carpena".

Sobre las protestas, pidió a la "marea verde" que "deje las reivindicaciones". "Es una opinión personal, pero mostrar más desacuerdo ante la Euroliga por parte de la afición no beneficia en nada", explicó Plaza, que recordó que ya se hizo en la visita del Maccabi: "Y se nos escuchó". Él prefiere demostrarlo "y reinvindicarlo en la pista". "Tratar de hacer un gran Top16 y arañar un Top 8", explicó el entrenador.

El problema es que él y sus hombres sí que pueden demostrarlo en la pista pero lo único que le queda a los 8.500 abonados que tiene el club, que viven el baloncesto malagueño y que, muy probablemente, continúen abonándose al equipo cuando el técnico non continúe en Málaga es eso, el derecho al pataleo, protestar desde sus asientos en el Palacio de los Deportes ante la decisión pública de la Euroliga de dificultar hasta el límite la opción de que el Unicaja juegue la máxima competición continental. La misma que lleva 16 temporadas jugando y en la que se ha metido en los 11 últimos Top 16.

Plaza insistió en que quizá él sea un tipo "ingenuo" y que "todo esté decidido", aunque hizo un llamamiento a la grada, que le venera en cada partido y que le aplaude a rabiar, como no ha hecho con ningún otro técnico, en las presentaciones del equipo. "Debemos tratar de calmarnos, olvidar cualquier tipo de reivindicaciones y disfrutar del partido", reiteró Plaza. Quizá sea su primera petición que sea desatendida por sus aficionados. Porque la reprobación que prepara la afición al "lado oscuro" de la Euroliga está en marcha y parece improbable que se frene ya, a sólo un día del partidazo ante el CSKA Moscú.