Oficial: el Unicaja está a punto para jugar el play off. Si alguien tenía alguna duda del nivel competitivo de los verdes a fecha de 14 de mayo, con menos de dos semanas por delante para las ansiadas eliminatorias por el título de la Liga Endesa, ayer quedó disipada. Ante el Valencia Basket, un rival de enjundia, líder de la Fase Regular durante más de media Liga y aspirante a todo este 2016, el equipo verde dio lo mejor de sí mismo en una gran tarde-noche de baloncesto, más propia de las dos temporadas pasadas que de ésta que todavía está en curso.

El Unicaja ganó 77-65, se aseguró la sexta plaza de la primera fase liguera de forma matemática y ya espera rival para el cruce de cuartos de final, que si impera la lógica y no hay cosas raras, tiene toda la pinta de que será este mismo Valencia Basket que ayer se fue de vacío del Martín Carpena y con serias dudas sobre su presumible condición de favorito en ese hipotético cruce que está por venir.

El Palacio vibró con los verdes en un partido por momentos muy bueno, con mucho acierto en el tiro exterior y con una defensa majestuosa capaz de dejar al Valencia en 65 puntos, muy por debajo de los 80 y tantos de media que anotan esta Liga. El triunfo tiene, además, una importante carga moral pensando en esa eliminatoria de cuartos que cajistas y valencianos tienen por delante.

Ayer lo cierto es que salió todo redondo. El experimento arriesgado de apostar por Alberto Díaz y el todavía renqueante Stefan Markovic como pareja de bases le dio resultado a Joan Plaza. Es verdad que ambos contaron con la inestimable ayuda de Nemanja Nedovic, que ejerció un buen rato de director de juego para dar descansos. Pero es que ver a Markovic a este nivel es tan buena noticia como la propia victoria en sí.

El base serbio dirigió, defendió, peleó e incluso tomó responsabilidad en ataque. De hecho, un triple suyo a 60 segundos del bocinazo final (75-65) fue la puntilla para el Valencia. Después de cinco meses, el «capitán general» -como le ha llegado a llamar alguna que otra vez Joan Plaza- está de vuelta. Y eso hay que aprovecharlo. Como el regreso de Jamar Smith, más gris ayer, pero igual de importante.

Las previsiones hablaban de un partido «grande». De un duelo con sabor a play off. De un examen de fuerza para ambos, a semana y pico para que los partidos se conviertan en un cara y cruz en los que el que pierde se va a la calle y el que gana sigue «palante». Las expectativas creadas en los días previos fueron pocas para los 40 minutos de buen básket que ofrecieron verdes y naranjas.

El Valencia fue mejor en el arranque y dominó con cierta autoridad en el primer cuarto. Pero fue agachar el Unicaja el culo en defensa y el equipo se puso al mando para no perderlo ya casi nunca más. Tiene mérito dejar a un equipo con el potencial del Valencia en 15 y 13 puntos en el tercer y en el último cuarto, respectivamente. Fue, sin duda, una de las claves para el éxito final.

La grada del Palacio se lo pasó de lo lindo. La «marea verde» parece que también está a punto para el play off. Y ésa también es una gran noticia. Han sido muchos meses de dudas y sinsabores, pero ayer la afición volvió a aportar desde fuera del parqué el aliento necesario para hacer a los jugadores creer desde el minuto 0 al 40. El vínculo equipo-afición parece más fuerte que nunca, aunque haya más huecos de los deseados en el Palacio.

La cuenta atrás para los cuartos de final está en marcha. Resta ahora una jornada más para que la primera fase de la temporada eche el cierre. El próximo «finde» el Unicaja jugará en Santiago de Compostela un partido que solo servirá para preparar cosas y para que Plaza termine de decidir qué 12 jugadores son los que se ganan un sitio en el róster del play off. Y es que la siguiente cita sí será ya en la primera entrega del cruce por el título. El momento de la verdad. La hora de los valientes. Tic, tac, tic, tac...