El Unicaja no va a fichar a Milko Bjelica. Al menos, no de forma inminente, no ahora. El club ha parado las negociaciones con el ala-pívot de 32 años y 2,07 metros, que está libre tras jugar esta temporada en el Darussafaka Dogus. El pasado jueves comenzaron unas conversaciones de las que La Opinión informó el viernes al mediodía en su web. Los contactos fueron intensos, se hablaron de cifras económicas, de un año de contrato y de cerrar durante el fin de semana la operación.

Las llamadas entre Carlos Jiménez y el agente del jugador, Misko Raznatovic, han sido constantes. Incluso el secretario técnico del club telefoneó y pudo hablar con el propio Bjelica, que está en Belgrado. Quien no le ha llamado en todo este tiempo ha sido Joan Plaza. No se activó el «modus operandi» habitual. Porque Plaza, que había dado el visto bueno a esos contactos, tenía dudas.

Puso en una balanza los aspectos positivos y negativos del jugador y, abrumadoramente, la moneda salía de cara. Bjelica tiene experiencia, conoce bien la ACB, puede postear y lanzar desde fuera... El problema es que el puesto de «cuatro» se le quedaba algo débil en lo físico, con poco músculo, ya que la pareja del montenegrino en la zona es Carlos Suárez. Recolocar al «Chimpa» en el puesto de «tres» es innegociable para los técnicos. Y, ante esa falta de capacidad atlética, el club decidió parar la operación.

Bjelica no será jugador del Unicaja salvo que lo que hay en mercado obligue a volver atrás. En el club gusta Kim Tillie, ala-pívot francés que acaba contrato con el Baskonia, que sí tiene esa capacidad atlética, pero que carece de la lectura y el poso de Bjelica. Y, por encima de todos, continúa destacando la figura de Will Thomas. El americano sigue sin fichar por ningún equipo, aunque, tal y como informó ayer este diario, el Efes Pilsen ya le ha pasado una oferta. El Unicaja va a volver a insistir en «su» jugador. Lo quiere a toda costa.