Parece, a priori, un partido y un rival inabordables. El Valencia-Unicaja se ha convertido en los últimos tiempos en un partido con un marcador seguro: victoria del equipo levantino. Los cuatro últimos encuentros disputados entre los dos equipos se han saldado con victorias del Valencia Básket, que se ha mostrado infranqueable. Pero no hace mucho, hace apenas un par de temporadas, la cosa era bien diferente. El Unicaja, con Joan Plaza en el banquillo, asaltaba «La Fonteta» y ganaba por 64-75. Ese marcador, que data de un aún cercano 23 de noviembre de 2014, le daría al Unicaja el triunfo y el liderato en el grupo. Ése es el ejemplo.

Han cambiado muchas cosas desde entonces. Demasiadas, especialmente en el Unicaja. El equipo malagueño ha tratado de reinventarse cada verano, cambiando jugadores. De hecho, de los 12 que estaban inscritos en el acta de aquel partido, en la actual plantilla cajista sólo «resiste» uno, el actual capitán, Carlos Suárez. No queda ni uno más€ Alguno, porque no aceptó propuestas de renovación. Otros, simplemente, porque no «valían».

En ese segundo grupo se encuentran jugadores como Stefan Markovic, Ryan Toolson o Fran Vázquez. Ellos querían seguir en Málaga, pero fue el club quien no les propuso renovar. No cumplieron deportivamente con lo previsto ni Kostas Vasileiadis ni Caleb Green y Vladimir Golubovic. Sí que quiso Joan Plaza que continuara Jon Stefansson, pero el club impuso a Alberto Díaz. Y sí que les propuso continuar a Jayson Granger, Will Thomas y Mindaugas Kuzminskas, pero, por unos u otros motivos, no se logró que continuaran en la disciplina verde. Maodo Nguirane se desvinculó.

En Valencia sí que han seguido construyendo sobre una base, han creído en determinados jugadores, han apostado por otros y también han dado bajas. Pero lo cierto es que del equipo que presentó aquel día Velimir Perasovic continúan en plantilla cuatro jugadores. Es decir, justo la tercera parte del plantel. Parece mucho más lógico construir, año a año, sobre una base, que no desbaratar verano tras verano.

En aquel triunfo malagueño estaban sobre la pista Vives, Rafa Martínez, Romain Sato y Bojan Dubljevic. Se marcharon al final de curso, a ganar más dinero en equipos más poderosos, Pau Ribas y Luke Harangody. Y no convencieron Nemanja Nedovic -rescindió contrato y fichó por el Unicaja-, Lucic, Loncar, Aguilar y Lishchuk.

El Unicaja debe quitarse complejos y tratar de hacer su juego: defensa, contragolpe, amenaza exterior y pensar en sus pívots. En aquel gran triunfo por 11 puntos se jugó a un gran nivel, especialmente Will Thomas, que cambió Málaga por Valencia, con 17 puntos. Los cajistas ya mandaban al descanso (33-39) y firmaron un tercer cuarto primoroso: 48-60. Parece que, ante el Valencia, los terceros cuartos son siempre más importantes que en otras citas.

La diferencia de 11 puntos en el partido de hoy en la Fuente de San Luis permitiría que el Unicaja diese un puñetazo sobre la mesa, se creyera que puede competir ante rivales de este nivel y le daría en bandeja de plata el liderato del grupo en este Top 16 de la Eurocup. No hay nada imposible. Es cierto que los cajistas han perdido los cuatro últimos partidos con ellos (70-78, el pasado mirécoles; 85-91, en la primera vuelta de esta temporada; 59-88 y 79-75, en los dos partidos del play off). Pero la pasada campaña, ya se ganó en Málaga en la Fase Regular: 77-65. Y hace dos, en la propia «Fonteta»: 64-75. ¿Por qué no hoy también?