Semana Santa tras Semana Santa se recuerda la vida y se rememora la Pasión de Cristo. Partido tras partido esta temporada 2017/18, el Unicaja compite, devuelve golpes, sufre y, en un final apretado, cae agónico y pierde. Así, una y otra vez. El equipo malagueño viajó a Sevilla para vivir su particular Domingo de Pasión. Hizo estación de penitencia en San Pablo, donde se olvidó de defender y repitió errores, para perder de forma dolorosa el derbi andaluz frente al Real Betis Energía Plus: 89-88.

La estación de penitencia del Unicaja permitió liberar del descenso a un preso sevillano con muy mala pinta que resucitó, como Lázaro, ante tantos regalos de los hombres de Joan Plaza. Incluidas dos defensas ridículas cuando más había que apretar y otra de esas decisiones incomprensibles marca de la casa. Con 12 segundos por jugar, uno abajo y balón para Nedovic a pleno galope, se la jugó, de tres puntos para más INRI, Dragan Milosavljevic, que había jugado apenas 3:50 minutos y que había salido casi exclusivamente para tratar de frenar a Blake Schilb (25 puntos para el Poncio Pilatos sevillano que dictó sentencia cruel).

El Unicaja vino a Sevilla con la única misión de ganar. Y se volvió a casa cabizbajo, harto de tirar triples, de no buscar balones interiores, molido a palos tras el trajín de disputar tantos partidos seguidos y con un preocupante retroceso en la Liga Endesa. Dos derrotas ante Fuenlabrada y Betis que escuecen, que duelen y que hacen mucho daño. Verse séptimos en la clasificación, y ya sin opciones de Top 8, es doblemente frustrante.

Las salidas a pista, tras tanta tralla en el cuerpo, no suelen ser buenas. Venía el Unicaja de jugar cuatro partidos en 10 días. Para prevenirlo, Plaza salió con un cinco muy defensivo, con Alberto, Salin y Díez por fuera. Y, a pesar del 0-5, pronto el Real Betis Energía Plus demostró que había tenido una larga semana para preparar el encuentro: 17-10. Resulta imposible competir si de cada dos ataques pierdes un balón. El Unicaja se empeñó en malgastar sus posesiones. Una pérdida, dos, tres... hasta siete. Para colmo, tampoco había acierto en el triple. El 24-14 sevillano no sorprendía a nadie.

El escenario cambió. Plaza encontró un quinteto con el que se sentía más cómodo. Debutó, además, Jean-Charles, que pronto le descosió las costuras a Golubovic, mucho más lento que él. Waczynski, McCallum y otra vez «King Kong» encontraron el camino desde el triple. Nedovic se animó e hizo de Nedovic, con minutos brillantes. Y Carlos «Nunca Falla» Suárez siguió con el pico y la pala.

Esa coctelera permitió, con un dos más uno del debutante francés, que el Unicaja le remontara el partido al cuadro de Óscar Quintana: 31-33. Estaba feliz ahora sobre la pista el Unicaja. Waczynski puso la máxima: 35-41. Los cambios (Jean-Charles estaba exhausto) permitieron al Real Betis irse al descanso con sólo dos abajo: 39-41. Visto lo visto, con sólo una pérdida en el segundo acto, y demasiados triples intentados (17 de dos y 17 de tres para el Unicaja), no era mal negocio este resultado. Pero había que seguir «picando».

Tuvo el Unicaja el partido luego para romperlo, en un intercambio de triples sensacional. Waczynski desenfundó, pero se encontró delante a uno de los mayores talentos del básket en Europa, el americano Blake Schilb, dando ya sus últimos coletazos. El que tuvo retuvo y el alero dio un clínic. Pero el Unicaja no desfalleció. Todavía... 49-55 se puso el Unicaja. Era el momento de parar el partido, porque había jugadores al límite. Como el propio «King Kong». Pero no encontró el momento Plaza. Y el Real Betis se agarró con lo que pudo. Que es mucho, tras un buen número de fichajes, cambios y novedades en la plantilla. Un palmeo de Anosike puso el 61-60. Alberto, de tres, le dio pulso al Unicaja. Y el partido se fue 65-65 al acto final.

La cosa empeoró: 73-67. Y pudo ser peor, porque los sevillanos erraron dos triples para irse 9 arriba. Salin por fin acertó y Plaza se la jugó. Primero, dio entrada a Milosavljevic para defender a Schilb. El serbio, inédito, robó su primera bola. Suárez puso el 73-71 a 4:35. Nelson anotó el 76-71 y en ese momento Alberto Díaz puso lo que hay que poner sobre la pista: acierto. Anotó uno, dos y tres triples. Tres para el pelirrojo. Con 82-83, y defensas alternativas de Plaza, en zona y al hombre, ocurrió lo inexplicable. Dos muy malas defensas permitieron a Kelly y Schilb anotar a placer. Con 12 segundos y 89-88 había un mundo de cosas por hacer. El Unicaja eligió que Milosavljevic se jugara un triple...