La periodista rinconera Alina Caravaca decidió hace dos años iniciar una etapa vital como integrante de Izquierda Unida, con la vocación de «trabajar por el pueblo y dar respuesta a las necesidades de la ciudadanía». Reconoce que por su día a día como redactora era consciente del desgaste personal que acarrea la vida pública. Pero ahora, nada más dimitir como edil de IU, asegura que dicho coste es «muy superior al que cualquiera pueda imaginar desde fuera». En esta primera entrevista, tras renunciar a su acta, reconoce lo duro que ha sido para ella asumir el escándalo de las contrataciones de familiares de dirigentes concejales de PSOE y Ahora Rincón-Podemos que han forzado su adiós a la vida pública en primera línea, como responsable local de distintas áreas municipales.

¿Qué balance hace de esta etapa vital en política?

Han sido dos años y medio de mucho desgaste personal. Siempre he vivido el trabajo de una manera muy intensa, y no lo entiendo de otra manera. Y estos años me han pasado mucha factura, muchísima. He vivido muchísimas alegrías también. Este martes me he despedido de todos mis compañeros de la Concejalía de Cultura y lo he hecho con alegría, porque he puesto mucha ilusión a estos años como responsable de este área. Especialmente he pasado muy buenos momentos con Carlos, que era cargo de confianza nuestro. Desde luego que he vivido muchos cambios muy intensamente. Pero me voy con un sabor agridulce. La política trae cosas muy agrias y no considero que sea justo que en ocasiones mi vida personal se haya puesto en cuestión políticamente.

¿Es un coste demasiado alto?

Sabía que en la política hay un precio a pagar. Pero sinceramente no pensaba que fuese tanto. Me he visto en muchos momentos muy superada. Era una carga muy importante, después de llevar de otros dos años muy complicados en mi vida personal. Había encadenado un trabajo con otro y ha habido ya un momento en el que, con las circunstancias, he tenido que decir basta. La salud es lo más importante. Y no digo que no la tenga. Pero era el momento de decir hasta aquí. Así lo he dicho. Además, lo que viene es muy duro. No viene una oposición fácil. Es muy complicado hacerle la labor de oposición a los que han sido tus propios compañeros, los compañeros con mi misma ideología y los mismos principios.

¿Pero incluso abandonará su condición de integrante de Izquierda Unida?

No, en ese sentido mis compañeros de grupo municipal van a tener mi apoyo. No me desvinculo del proyecto. Pero voy a seguir trabajando de una manera interna. Lo haré con una especie de barrera. Era difícil seguir estando en la oposición que viene ahora. Estaré, pero no como integrante de la corporación plenaria.

Llegó a pedir perdón en algún pleno por haber suscrito el pacto de gobierno inicial.

Ha habido cosas dentro del gobierno que ni con un perdón puedes justificarlas. La gente no entiende crisis como la de los últimos días, con contrataciones de familiares. Cuando te metes en un pacto con otras tres fuerzas, especialmente con el Partido Andalucista, ya tienes que dejar muchas cosas de tu proyecto y de tu programa. En ese sentido, ya pedí públicamente perdón. Para hacer un gobierno conjunto tuvimos que dejar parte de la ideología a un lado. El problema es que a veces los políticos nos olvidamos de que somos personas por encima de todo. Pero si miramos al último pleno, donde se metieron cuestiones muy personales, ataques viscerales, entiendes más la visión exterior, esa del ciudadano que puede sentirse desencantado.

La entrevista tiene un tono en negativo, guiada por los últimos acontecimientos.

Que hayamos puesto en marcha los presupuestos participativos o iniciativas sobre la memoria histórica son aspectos muy positivos. He aprendido además mucho con sindicatos de la plantilla municipal o con la banda de música y otros colectivos culturales. Ha habido muchos momentos buenos.

Pero ahí queda el escándalo.

Fue muy ingrato tener que pedir la destitución de Ezequiel, porque hicimos la campaña de las generales juntos. He vivido esta crisis como si fuese la de un compañero de Izquierda Unida, aunque él sea de Ahora Rincón-Podemos. Ha sido una enorme decepción. Si hay algún delito esperemos que la Fiscalía tome buena nota y lo investigue. Es ya suficiente que contratar a un familiar sea algo poco ético o moralmente irregular. En política tienes que ser bueno, legal y, sobre todo, ejemplarizante.