Vecinos de varias urbanizaciones del término municipal de Mijas, concretamente de zonas situadas en el extremo más occidental del mismo, han vuelto a reclamar medidas para controlar la creciente población de jabalíes en su entorno más próximo.

Ya se movilizaron el pasado verano, como ayer recordaba una de las portavoces que expresaron su queja este pasado fin de semana en grupos de Facebook, pero hace unos días se incrementó su preocupación como consecuencia de que un ejemplar se adentró en un jardín y corrió «detrás de un niño», de manera que los padres tuvieron que intervenir para ahuyentarlo.

Estos hechos sucedieron en la urbanización Sitio de Calahonda y ya han sido puestos en conocimiento de la Junta de Andalucía y de la Guardia Civil, además del Ayuntamiento mijeño. Los jabatos también han sido vistos en las últimas semanas en otras localizaciones como la urbanización Riviera del Sol, donde los conductores «extreman la conducción en horario nocturno, sobre todo en las rotondas, por miedo a que los animales produzcan algún accidente».

En periodos de sequía

La administración autonómica ya autorizó hace años batidas en la Sierra de Mijas para intentar controlar una superpoblación que afecta a casi todo el territorio español, a raíz de la ausencia de depredadores como el lobo para esta especie. En periodos de sequía, tal y como ha ocurrido en los últimos años, los ejemplares suelen ser vistos por la noche, en manada, «a la búsqueda de basura o de agua», por lo que los vecinos piden como medidas urgentes ante las administraciones que se instalen nuevos bebederos en las sierras del entorno.

Son bastante frecuentes los daños en los campos de golf, como señalaban ayer fuentes de la Mancomunidad Occidental, así como en vallados y tomas de riego en las urbanizaciones mencionadas y en otras localizadas en distintos términos costasoleños.

Incluso se han acercado en ocasiones al perímetro protegido de la autovía A-7, con el riesgo potencial que suponen para conductores y peatones del entorno. Para algunos residentes la solución puede partir, como también les ha indicado el Consistorio, de la instalación en las propias urbanizaciones de pasos canadienses o vallas especiales que impiden la entrada de los animales por los jardines. Pero la medida debiera, a juicio de los afectados, ir acompañada de ayudas públicas.

Los portavoces de las comunidades de propietarios también se han referido, como acción urgente para las instituciones, a que se repongan los bebederos que ya existieron durante anteriores mandatos, impulsados por el Consistorio con un dispositivo que incluso incluyó personal especializado. Se apunta además el riesgo veterinario que generan estos jabatos.