Política

Un tatuaje susanista en el bastión malagueño de Espadas

La sede del PSOE de Torremolinos se sigue llamando Casa del Pueblo Susana Díaz pese a que a sus militantes se les ha agotado la admiración que le profesaban a la expresidenta de la Junta

Fachada de la Casa del Pueblo Susana Díaz, sede principal del PSOE de Torremolinos.

Fachada de la Casa del Pueblo Susana Díaz, sede principal del PSOE de Torremolinos. / La Opinión

Cristóbal G. Montilla

Cristóbal G. Montilla

El paso del tiempo genera, en ocasiones, huellas incómodas y difíciles de borrar. Es la sensación que cunde al pasar delante de la sede del PSOE de Torremolinos, situada en el número 48 de la calle Europa. Al llegar a su altura, un cartel considerable anuncia que se trata de la Casa del Pueblo Susana Díaz. Aunque podría tratarse de algo normal, hace meses que la nomenclatura proyecta una indudable paradoja. A muchos de los militantes que están vinculados al partido en la localidad se les ha agotado la admiración que profesaban a la expresidenta de la Junta. Quizás, recurriendo al argot popular, se ha roto el amor de tanto usarlo. De hecho, con su secretario general y alcalde José Ortiz a la cabeza, Torremolinos viene destacando como feudo afín a Juan Espadas. Sin embargo, el propio José Ortiz resta importancia a esta casualidad y, a través de un portavoz, asegura que «en su momento, hace unos años, se le puso el nombre de Susana Díaz porque se trataba de una persona relevante en el partido y con responsabilidades a nivel orgánico e institucional que la hacían merecedora de este reconocimiento». Eso sí, si se pregunta por la continuidad de la denominación en un futuro, se hace el silencio. El nombre de la sede es un tabú.

Juan Espadas, en su campaña con el alcalde José Ortiz y miembros de colectivos sociales. | LA OPINIÓN

Juan Espadas, en su campaña con el alcalde José Ortiz y miembros de colectivos sociales. | LA OPINIÓN / CRISTÓBAL G.MONTILLA. málaga

La caída en desgracia de la pulsión susanista quedó especialmente de manifiesto en el PSOE torremolinense con el resultado que allí se dio en las primarias socialistas andaluzas del pasado 13 de junio.

El apoyo masivo a Juan Espadas contrastó con el resultado global de la provincia malagueña, donde la opción encabezada por Susana Díaz logró ser la más votada. Sin embargo, en Torremolinos la expresidenta de la Junta solo obtuvo un 14% de los apoyos emitidos por la militancia.

En cambio, el a la postre triunfador de esa jornada arrasó con un 77% de los votos registrados en la sede que lleva el nombre de su entonces contrincante. El hecho de que la política trianera solo obtuviese 23 votos entre sus compañeros de esta ciudad no le sorprendió a casi nadie. Sin ir más lejos, el alcalde torremolinense y secretario general del PSOE local, José Ortiz, fue de los primeros cargos públicos del partido en posicionarse en la provincia contra la gestión de Susana Díaz. De hecho, reclamó la celebración de unas primarias regionales para abrir el camino de la renovación cuando ni siquiera había sido articulada una candidatura alternativa.

La irrupción de Ortiz como crítico de primera hora en el debate interno que empezaba a generarse no sentó bien en el seno de la ejecutiva provincial controlada por el núcleo afín a Susana Díaz. De hecho, destacados dirigentes recordaron entre bambalinas que el alcalde torremolinense contaba -al igual que su principal aliado, el exconsejero Luciano Alonso- con un prolífico pasado susanista y que había formado parte de la Ejecutiva del PSOE andaluz.

El posicionamiento de Ortiz fue ‘in crescendo’ en las semanas previas a la definitiva convocatoria de elecciones internas a nivel regional. De ese modo, seguía la corriente contraria impuesta por el aparato madrileño de Ferraz, que tras las elecciones municipales había puesto la lupa sobre él a raíz del controvertido apoyo de la ex candidata de Vox Lucía Cuín.

En primer lugar, Ortiz no hizo ascos a la pulsión de cambio que agitó, a modo de avanzadilla, el diputado nacional por Jaén Felipe Sicilia. Y, luego, celebró con notable expresividad la irrupción de otro alcalde, como Juan Espadas, para encabezar la lista alternativa que aspiraba al liderazgo del aparato andaluz en la sevillana calle San Vicente.

Posteriormente, el alcalde de Torremolinos se mostró bastante activo en el transcurso de la campaña de las primarias socialistas que auparon al regidor hispalense al poder regional del partido. Se comprobó, por ejemplo, durante un acto celebrado cuatro días antes de los comicios internos en el simbólico Pasaje Begoña. Además, tras la victoria de Espadas, ambos compartieron protagonismo en otras iniciativas para la defensa de los derechos LGTBI.

Igualmente, el espaldarazo definitivo ha llegado con la elección de Torremolinos para albergar el congreso del PSOE de Andalucía, que visibilizará el liderazgo recién estrenado de Juan Espadas a principios del próximo mes de noviembre.

Para justificar esta decisión, el todavía alcalde de Sevilla apeló al hecho de que la población malagueña acogiese, en 1977, el primer congreso del PSOE de Andalucía.

La tradición que arrastra la ciudad como escenario de cónclaves políticos es innegable y la ‘coronación’ de Espadas se sumará a una colección de hitos que convive con historias tan curiosas como la que proyecta el nombre de Susana Díaz sobre la fachada de la sede socialista torremolinense.

En las circunstancias actuales, la cartelería se sugiere como un viejo tatuaje susanista que se ha enquistado en la aparente felicidad de este bastión espadista.