El actor sevillano Juan Diego lleva más de cinco lustros dedicados a la interpretación y, sin embargo, afirma que hasta ahora «nunca se habían reído» tanto con él. El culpable de ello es Juan José Millás y su texto La lengua madre, que el actor sube a escena bajo las órdenes del director Emilio Hernández. Un monólogo que reflexiona con humor sobre la palabra y la vida, y que llegará el próximo 6 de febrero a las tablas del Cervantes dentro del XXX Festival de Teatro de Málaga.

Una mesa de conferencias, una jarra con agua, un lápiz y una silla son los únicos elementos que acompañan a Juan Diego sobre las tablas. Su personaje es un «fulano» a quien no supieron dar nombre y que describe como «ese tío al que habría querido mucho de pequeño».

Según explicó en una entrevista, la obra se desarrolla en la conferencia que ofrece su personaje, un profesor «despistado, buena persona, tímido y con un punto de ingenuidad» que tiene un gran amor: «Las palabras». «Su mirada sigue teniendo la perplejidad de un niño, todo lo mira así, incluso la realidad más pura y dura», apunta el actor. Por ello, durante su exposición, el «fulano» -«nunca se nos ocurrió un nombre para él»- avanza y retrocede en el tiempo, desde su infancia y el descubrimiento de las palabras, hasta la más cruel actualidad.

Cuando este personaje empezó a hablar, lo hizo en orden alfabético. Comenzó con «aborto» y a esta palabra le siguió «actriz». «¿Qué tendrán que ver?», explica el «fulano», mientras rememora la «fobia que tenía de pequeño porque sus hermanas comían garbanzos en lugar de garbanzas».

Millás teje un discurso en el que la coherencia del lenguaje deja en ridículo lo que Diego ha llamado «la impunidad absoluta» de quienes mienten incluso cuando no hablan. Además, en su receta, y como es habitual en sus textos, adereza esta obra con buenas dosis de humor, según indica el protagonista de esta historia. «Millás hace trasposiciones: ¿Qué tiene que ver la cirugía con la ciruela; qué hace el váter al lado del Vaticano; y el culo un poco antes de la culpa?».

«¿Qué significa eso de los activos tóxicos, la burbuja financiera, crecimiento negativo? Cuando la gente lee la prensa, su futuro está ahí, en ese mensaje oscuro, en las páginas color calabaza suave, con gráficos que nadie sabe lo que quiere decir. Son nuevos chamanes de la economía», señala.