La consejera de Cultura, Rosa Aguilar, ha anunciado este miércoles que la obra del pintor Francisco HernándezFrancisco Hernández podrá ser contemplada "muy pronto" en el Museo de Málaga gracias a la donación de varios de sus cuadros realizada por la familia del artista, un proceso que está "muy avanzado".

Aguilar ha indicado en la Comisión Parlamentaria de Cultura de la Junta de Andalucía que la producción artística de Hernández (Melilla, 1932 - Vélez-Málaga, 2012), "sin duda merece" formar parte de la colección del Museo de Málaga, inaugurado el pasado diciembre.

Diferentes colectivos culturales de Vélez-Málaga, municipio en el que se afincó Hernández a los 7 años y que le reconoció como hijo adoptivo, han trasladado en las últimas semanas a la Consejería su malestar por la ausencia del pintor en el museo malagueño.

Aguilar ha asegurado que el motivo por el que Hernández no se encuentra aún en la colección permanente de la pinacoteca es por la falta de una obra representativa en los fondos del museo, una deficiencia que será solventada por la donación de sus familiares, según ha explicado la Junta en un comunicado.

La consejera ha subrayado que el Gobierno andaluz está "encantado" con la donación y su disposición es "total" para que la obra del pintor pueda ser admirada cuanto antes en este espacio.

"Su incorporación no viene más que a acrecentar el prestigio y la excelencia del Museo de Málaga", ha insistido Aguilar.

La Junta ha detallado en su comunicado que la vida de Hernández giró siempre alrededor del arte, lo que le valió estar considerado "como uno de los grandes a nivel nacional", un maestro "de reconocido prestigio" que no dejó de evolucionar y reinventarse como artista desde que comenzó en el mundo de la pintura con 15 años.

Fue miembro de la Academia Europea de Ciencias, Artes y Letras de París, una distinción con la que la institución le reconoció como "uno de los pintores más importantes del arte contemporáneo español", y obras como "Tríptico de Venecia" o "La familia Morales", ambas de 1966, le valieron estar en la cúspide.

Tras estudiar en Madrid en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando, centró su obra en la figuración, influenciado por pintores como Durero, Rembrandt o Picasso.

En los años 70 su obra dio un giro surrealista, aunque sin abandonar las connotaciones religiosas presentes en toda su carrera, que al final también estuvo influida por el arte callejero de los grafitis.

Sus trabajos están presentes en museos como el de Arte Contemporáneo del Vaticano, en Roma (Italia), el de Arte Moderno de Milán (Italia), el Museo Diocesano de Málaga, la Institución Buckley, en Connecticut (EEUU), la Fundación Picasso, también de Málaga, o el Palacio de la Zarzuela de Madrid.