Arte

El artista malagueño Javier Calleja llega a París con su primera muestra individual

Esta exposición, que podrá visitarse en la capital francesa hasta el próximo 25 de junio, constituye un paso hacia adelante en su trayectoria, ya que por primera vez se exhiben aspectos nunca mostrados de su proceso creativo

Algunas de las obras expuestas en la muestra.

Algunas de las obras expuestas en la muestra. / CALLEJA ESTUDIO

La Opinión

El artista malagueño Javier Calleja aterrizó ayer jueves, 2 de junio, en Almine Rech, en París, para inaugurar ‘This Is Your Lucky Day’, primera exposición individual que realiza en Europa desde que en 2021 entrara a formar parte de la exclusiva lista de artistas representados por esta galería.

Esta exposición, que podrá visitarse hasta el 25 de junio, constituye un paso hacia adelante en su trayectoria, ya que por primera vez se exhiben aspectos nunca mostrados de su proceso creativo. Además, supone la introducción de nuevos elementos compositivos, así como gamas de colores con las que hasta ahora no había experimentado.

Calleja se adentra en una renovada fase creativa pero presidida por su inequívoco lenguaje visual y conceptual. En definitiva, un trabajo fuertemente asentado en la máxima que preside la creación del artista: ‘simple, but not easy’.

‘This Is Your Lucky Day’ está compuesta por siete nuevos bocetos salpicados de marcas, anotaciones y elementos llamados a convertirse (o no) en futuros dibujos, lienzos, esculturas o proyectos diversos, han indicado desde Calleja Studio.

Pruebas de color, siluetas de personajes y peinados, frases o citas confluyen en una misma hoja de papel con números de teléfono, fechas o lugares. Unas reliquias de estudio que reflejan el monólogo interior que se esconde tras el inquieto imaginario del artista malagueño.

A partir de estos dibujos, la exposición dirige a la siguiente sala en la que hay una selección de lienzos de gran formato que abarcan todo el espacio: Cinco inéditas y coloridas pinturas enmarcadas como si de obras clásicas se trataran, y que evidencian el gusto del artista por jugar con la escala y las proporciones.

Interesado como siempre en alterar percepciones y crear al espectador una visión ilusoria, estos inmensos marcos, diseñados por el propio Calleja, producen una engañosa sensación liliputiense. El visitante se convierte en un elemento más de la exposición hasta llegar a comprender y verse reflejado en estos personajes de inmensos ojos.

Paralelamente, como si se tratara de un tributo a una de las grandes capitales de la cultura europea, los marcos ornamentales surgen como un homenaje a su larga tradición pictórica, mientras que el dinamismo de estas nuevas pinturas recuerda las tiras cómicas tradicionales con la disposición de los textos, en algunos casos, a lo largo de los icónicos personajes de Calleja, en lugar de en sus camisetas.

Este cambio coincide, además, con una evolución del atuendo de sus personajes, más formal de lo habitual.

En definitiva, la instalación parece transitar entre la calma y la cotidianidad, con un cariz juguetón y esperanzador, a la vez que brinda un sutil e ingenioso reconocimiento a la rica tradición cultural francesa.