El museo Casa Natal Picasso presenta por primera vez en Málaga la obra de Bernardí Roig

El artista mallorquín Bernardí Roig expone por primera vez en Málaga y lo hace con 'El último rostro y la afonía del Minotauro' en la Sala de Exposiciones Temporales del Museo Casa Natal Picasso. La muestra, que se podrá ver hasta el 28 de mayo de 2023, se extiende a la Colección del Museo Ruso y el Centre Pompidou de Málaga y está incluida dentro del programa internacional de actos para la conmemoración del 50 aniversario de la muerte de Pablo Picasso.

Bernardí Roig es uno de los artistas españoles contemporáneos con más recorrido internacional y muestra gran pluralidad en sus obras. En sus exposiciones se pueden contemplar distintos formatos como dibujos, fotografías, esculturas o incluso contenido cinematográfico y vídeo. ''El arte de Bernardí es un arte versátil conceptual, a veces minimalista, y tiene una enorme fuerza expositiva'', aseguró Noelia Losada, concejala de Cultura, durante la presentación de la exposición temporal este miércoles, ''no es casualidad que sea uno de los artistas contemporáneos con más éxito''.

Este proyecto, llamado 'Entre el Espejo y la máscara' se articula a partir de una interpretación del considerado último autorretrato de Picasso. ''En él se contempla la imagen frontal de una cabeza que abarca la totalidad de la superficie del papel y cuya mirada es tan intensa que los ojos ya no le caben en el semblante. Es una mirada que ya contiene la muerte'', señala el autor.

''Hay un hilo conductor y son los espejos, hay un espejo en cada museo puesto a la altura del rostro. Ese espejo es el almacén de vuestras miradas y de vuestras caras. No es un espejo inocente, ya tiene un rostro pintado que hará que no dejen de mirarse. Esta exposición se completa con cada mirada nueva'', explica el artista. Roig construyó el itinerario del proyecto en tres puntos: el laberinto, el último retrato y la relación de Picasso con Degas.

El último rostro y la afonía del Minotauro

En la Sala de Exposiciones Temporales del Museo Casa Natal Picasso, lugar de la presentación, la serie P.R.P (The last portrait), embrión de todo este proyecto e inicio del recorrido de la exposición. Dibujos, esculturas, instalaciones lumínicas, grandes bloques de luz coagulada, texto, fotografía y vídeo proponen un itinerario con la intención de abordar la imposibilidad de acceder a un rostro y su mirada, su representación y la máscara y espejo que lo camuflan.

Centre Pompidou Málaga

El Cubo del Centre Pompidou Málaga alberga El laberinto de luz y la cabeza del minotauro. ''La luz se ha convertido en un cuerpo con la capacidad de vaciar el espacio, ocupándolo, pero no llenándolo; ya no se trata de llenar el espacio, sino de vaciar el espacio y la mirada de un instante antes de cerrar los ojos para que se llene de vértigo'', indica Roig. Esta instalación está compuesta por 25 bloques de poliestireno expandido, formando un laberinto de luz compactada, donde quedará encerrado el Minotauro.

La cabeza del Minotauro en esta instalación es una reproducción exacta, fundida en aluminio a escala real, del Bou de Costix, exponente fundamental de la cultura Talayótica balear. Según explica el artista, ''Picasso permanecerá ocultado, media vida creativa, por la máscara del Minotauro para camuflar su dualidad. Un ciclo de vida, violencia, muerte y resurrección que se renueva con la tensión de cada trazo sobre un trozo de papel y conjura nuestro destino trágico''.

Bailar en el silencio del tiempo

En la Colección del Museo Ruso se puede contemplar Shadow dancers, una instalación compuesta por cuatro pequeñas bailarinas de bronce cromado suspendidas del techo, que ocupará una de las salas de exposición actual Incesante Picasso. Obra y vida.

Esta instalación explora la influencia de Degas en la obra de Picasso y el tema de la bailarina. Estas pequeñas figuras están sostenidas, en rotación permanente, en el vacío y proyectan sombras superpuestas. Frente a esta danza silenciosa, un gran dibujo, Cap Negre, 2021 , un intento de introducir el tiempo en la imagen sin que la imagen se mueva, con un dispositivo de audio con la grabación de sonido de un reloj de pared. ''Insistente, preciso y garante de nuestro final. Este sonido es el tiempo de la imagen que no calla, que enmudece. La imagen que vemos es la del último rostro que ha perdido toda su carne'', concluye Bernardí Roig.