La peliaguda situación del Efes Pilsen en la Euroliga, donde es quinto, fuera de las cuatro plazas que dan acceso al ´Top 16´, ha llevado a la directiva estambulí a tomar una drástica decisión. El equipo ha abandonado su majestuosa pista del Abdi Ipecki, con capacidad para 12.500 espectadores, por otra mucho más modesta, la pequeña ´ratonera´ del Ayhan Sahenk, donde juega sus partidos otro equipo de la capital turca, el Darussafaka. En la coqueta pista apenas caben 4.500 personas.

El motivo es muy claro: llenar la nueva cancha y crear un caldo de cultivo ideal para meter presión en el equipo rival. El impresionante Abdi Ipecki a veces parecía casi vacío. Demasiado plástico para una competición tan especial. Contra el Partizán, en el primer encuentro casero del cuadro cervecero en Euroliga, asistieron 8.000 personas. Sin embargo, a partir de ahí, la afición comenzó a darle la espalda al equipo en la Liga turca.

Llama poderosamente la atención cómo el baloncesto, el segundo deporte de una urbe como Estambul, donde conviven 11 millones de personas, sólo tenga ojos para el fútbol. Pero así es. De ahí el cambio de pabellón. De hecho, es muy habitual que los dos equipos turcos de Euroliga, tanto el Efes como el Fenerbahce Ulker, llenen sus graderíos con niños en edad escolar que van al básket incluso aún con sus uniformes colegiales.

El Efes Pilsen pasó a compartir cancha con el Darussafaka hace un par de semanas. En su primer encuentro en su nuevo recinto, contra el débil Orleans, apenas asistieron al pabellón 2.800 personas. Contra el Lietuvos Rytas, la pasada semana, la asistencia descendió aún más: 2.500.

No es la primera vez, en cualquier caso, que el Unicaja visita al Efes Pilsen en la modesta pista del Darussafaka. Con infausto recuerdo, por cierto. Nada nuevo, ya que la del Efes Pilsen es una de las pocas canchas que el Unicaja no ha sido capaz de asaltar en su periplo continental. Y eso que los costasoleños ya han ondeado la bandera verde en pabellones históricos como el del Panathinaikos, el Maccabi, el Zalgiris, el Cibona o el Partizán. El del Efes es uno de los pocos que aún debe conquistar, como el del CSKA y el Olympiacos.

La primera visita malagueña en Euroliga al Efes Pilsen data del 7 de noviembre de 2001, precisamente al Ayhan Sahenk de Darussafaka, ya que el Abdi Ipecki estaba en obras. El Unicaja cayó por 75-71, con Bozidar Maljkovic en el banquillo, ante un grandísimo equipo en el que militaban rutilantes estrellas como Marcus Brown (14 puntos) o Kaspars Kambala (17). La aportación de Milan Gurovic (19) y Carlos Cabezas (9) no fue suficiente.

La Euroliga volvió a cruzar los caminos de estambulíes y malagueños en el ´Top 16´ de la siguiente temporada. Era la primera vez que el Unicaja pasaba de la primera ronda de la Euroliga, pero cayó encuadrado en un letal grupo junto a CSKA Moscú, Cibona y el propio Efes Pilsen. Sólo el primero pasaba y los moscovitas se llevaron el gato al agua. En la última jornada de ese ´Top 16´, ni con Unicaja ni con Efes ya con opciones de clasificación, el equipo de Sergio Scariolo cayó de nuevo en Estambul: 82-78.

El último desplazamiento data del curso 07/08, y la derrota fue la más abultada, con un 91-75 para los locales, en la Fase Regular. Es hora de que cambie de una vez la tendencia y la afición verde disfrute por fin en Turquía.