La supremacía del Barcelona amenaza con volver a poner en marcha la trituradora blanca de entrenadores. Diversos medios daban ayer por segura la marcha de Manuel Pellegrini a final de temporada, mientras que otros la condicionaban a la consecución del título de Liga. De confirmarse el relevo, el sustituto del chileno se convertiría en el undécimo entrenador del Madrid en esta década.

Desde la marcha de Del Bosque, en 2003, el del Bernabeu es un banquillo eléctrico. En ese mismo período, el del Barça sólo ha cobijado a dos: Frank Rijkaard y Pep Guardiola. Filosofías tan contrapuestas han tenido reflejo en los títulos de los dos clubes, o viceversa. Mientras que el Madrid sólo ha ganado dos Ligas y una Supercopa española, el Barcelona ha adornado sus vitrinas: tres Ligas, dos Copas de Europa, una Copa del Rey, una Supercopa de Europa, tres Supercopas de España y un Mundial de clubes.

Pellegrini es el eslabón más débil de un proyecto basado en el fichaje de estrellas del fútbol internacional. El chileno, además, llegó al Madrid como plato de segunda mesa, tras el «no» repetido de Arsene Wenger a Florentino Pérez. A Pellegrini le dieron hechas las incorporaciones y no tomaron en cuenta sus deseos de mantener algunos jugadores en la plantilla, como Robben y Sneijder. Ocho meses después, las explicaciones se las piden a él.

Como en crisis recientes anteriores, la lista de alternativas para el banquillo madridista es de lo más variopinta. Técnicos obsesionados con el rigor táctico, como Rafael Benítez, aparecen junto a grandes motivadores, como José Mourinho, o amantes del fútbol ofensivo, como Carlo Ancelotti. Entrenadores que pueden presentar un brillante currículo, pero con malas experiencias recientes: Benítez es muy discutido en el Liverpool, que se puede quedar fuera de la Liga de Campeones; Mourinho fue destituido en el Chelsea y no acaba de cuajar en el Inter; y Ancelotti no ha podido cumplir con el principal encargo de Abramovich, la Liga de Campeones.

A Pellegrini, en cualquier caso, convendría no darle por muerto. Fuentes próximas al presidente madridista aseguran que el chileno seguirá en su puesto si es capaz de arrebatarle la Liga al Barça. Pellegrini cambió ayer el escenario de la charla que siempre mantiene con sus jugadores al inicio de cada entrenamiento, y se produjo en el vestuario, siendo algo más larga de lo habitual.

Según fuentes de la plantilla, se recordó en los quince minutos de reunión la última Liga ganada, la temporada 2006-2007 con Fabio Capello en el banquillo, cuando remontaron al Barcelona una diferencia mayor a los tres puntos actuales que separan a los dos equipos en la clasificación. Fue el mensaje que trasladó también Pellegrini a su plantilla. El técnico ha insistido en que deben levantar la cabeza. Y es que el calendario, con el Barça teniendo que visitar al Espanyol, al Villarreal y al Sevilla, les ofrece una esperanza.

El Madrid empezó a preparar el partido del jueves en Almería, en el que no podrá estar Raúl por una lesión en el menisco externo de la rodilla derecha que lo mantendrá entre dos y tres semanas de baja.