El Antequera sucumbió (28-35) al poder intimidatorio del FC Barcelona en un partido en el que los antequeranos acusaron demasiado la lesión de Chispi en el primer tiempo. A pesar de las diferencias en todos los aspectos, una temporada más el conjunto dirigido por Antonio Carlos Ortega dio la cara ante el todopoderoso equipo azulgrana y se entregó como lo viene haciendo en los últimos encuentros.

La grave lesión de Chispi empañó una bonita tarde de balonmano, –el sevillano podría tener dañados los ligamentos de su rodilla izquierda– que los catalanes finiquitaron a los pocos minutos de arrancar la segunda mitad.

Hasta entonces el equipo verde tuteó al líder de la Liga Asobal y aunque en ningún momento logró ponerse por delante en el electrónico, los empates se sucedieron en distintas fases del primer acto. El público vibró con los suyos, en una jornada en la que la afición respondió masivamente a la llamada de los dirigentes y contribuyó adquiriendo las entradas por el ´Día del Club´. Antequera quiere balonmano.

Los profesionales toman ahora un mes de vacaciones. Dos semanas para desconectar totalmente y dos, antes de regresar a los entrenamientos el 11 de enero, para iniciar el trabajo indicado por los técnicos. Con doce puntos, a poco que el conjunto malagueño sume cuatro o cinco triunfos en la segunda vuelta de la competición, que arrancará el 5 de febrero nuevamente en el Fernando Argüelles contra el Renovalia Ciudad Real, tendrá los deberes hechos.

Partido intenso

Pese al resultado, el Antequera vendió cara su derrota ante el Antequera, y en el primer tiempo se mantuvo a la estela del juego del poderoso rival, y tan sólo a poco del descanso pareció rendirse a la evidencia (16-19).

El buen hacer de la defensa antequerana propició que el partido no se decantara desde los inicios, e incluso los locales llegaron a empatar en dos ocasiones, a seis y a quince.

Fue una primera parte intensa, en la que el Barcelona demostró su seguridad en el centro de la defensa y la rapidez de Juaní por el extremo, mientras el Antequera se crecía ante el gigante de la Asobal, y lograba más goles de los esperados, si se tiene en cuenta la media de goles que encaja el Barcelona por partido.

En la segunda parte la decoración cambió: el Barcelona sacó a relucir su recuperación de balones, sus contraataques velocísimos, su defensa muy adelantada hasta la línea de 9 metros, mientras el Antequera se replegaba con lentitud, no usaba el contraataque más que una vez en el partido... y encima notaba al máximo la ausencia del lesionado Chispi.

Fue entonces cuando se rompió la igualdad de la primera parte; se impuso la lógica, y a pesar de alguna acción aislada de los locales, el Barcelona ya fue el equipo muy superior que señala la Liga Asobal, que se puso el mono de trabajo cuando hizo falta y salió a relucir la clase de jugadores que tiene en su plantilla, auténtica selección mundial.